Es común creer que los estudios profesionales y especializados, la experiencia laboral sólida y una buena red de contactos son la clave del éxito laboral. Lo poco común es creer que simples habilidades cognitivas como la memoria, la inhibición o, incluso, el lenguaje, pueden tener un impacto aún mayor en la carrera profesional de una persona.
El motivo es que las habilidades cognitivas son tan naturales y propias del desarrollo humano que se dan por sentadas e incluso pasan desapercibidas. Sin embargo, son dichas habilidades las que forjan la inteligencia y la capacidad intelectual y de relacionamiento de las personas.
En consecuencia, las debilidades en cuanto a estas capacidades tienen un impacto directo en el éxito laboral. Por ello, sea cual sea tu idea de éxito, vale la pena reparar en estas habilidades para no convertirte en tu propio saboteador.
¿Qué son las habilidades cognitivas?
Las habilidades cognitivas son el resultado del proceso que realiza el cerebro para procesar la información que recibe. Es la capacidad de captar los estímulos del mundo exterior a través de los sentidos, procesarla, registrarla en la mente, recuperarla cuando lo requiera y desarrollar procesos de aprendizaje.
Antes de ahondar en las habilidades más comunes e importantes, resaltaremos el hecho de que éstas, al igual que otras habilidades, pueden adquirirse y entrenarse. Por tanto, si bien el cerebro las ejecuta de manera natural, una persona puede proponerse perfeccionarlas según lo necesite.
Es evidente que estas capacidades son importantes en todas las esferas de la vida. Sin embargo, hay algunas que impactan en mayor medida el desarrollo profesional. Acá las describimos:
Memoria
La memoria es la capacidad de almacenar y recordar información. Es quizás una de las habilidades más importantes y necesarias en todos los ámbitos de la vida de cualquier persona.
Existe una forma de la memoria que contribuye al desarrollo de tareas cognitivas complejas, lo cual es útil para el buen desempeño profesional. Se trata de la memoria operativa o de trabajo, que es a corto plazo y facilita la comprensión del lenguaje, las operaciones matemáticas y el razonamiento.
Planeación
Elaborar un plan de acción antes de realizar cualquier actividad puede parecer un trabajo arduo. Sin embargo, para quienes tienen desarrollada esta habilidad cognitiva es una tarea automática.
Se trata de la capacidad de anticiparse los hechos e idear la mejor forma de ejecutar las tareas necesarias para la consecución de un objetivo específico. Así, de manera espontánea o predeterminada, un profesional con la habilidad de la planeación diseñará procesos y pasos a seguir según prioridades y metas a alcanzar.
Esta habilidad no es inmune al error. Sin embargo, lo cierto es que lo minimiza. Esto es efecto de la anticipación y preparación, por ende de la claridad en el recorrido hacia la meta, los plazos y requerimientos para lograrla.
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Monitoreo
La capacidad de monitorear nuestras propias acciones y detectar errores o resultados diferentes a los esperados es una habilidad cognitiva de la que pocas veces nos percatamos. Si bien hay casos en que la ejecutamos de forma racional, la mayor parte del tiempo estamos supervisando nuestra conducta sin darnos cuenta. Una evidencia de esto se presenta cuando nos equivocamos y de manera automática optamos por corregir lo hecho.
Esta habilidad nos permite controlar el rumbo de nuestras actividades. Lo cual es importante tanto en situaciones cotidianas como en el entorno laboral, ya que nos cuida de situaciones adversas.
Toma de decisiones
A diario tomamos un sinnúmero de decisiones (importantes o triviales, pero mucho en todo caso). De nuevo, es algo que no notamos, pero detente a pensar: ¿Decidiste si tomar té o café en la mañana? ¿Optaste por hacer ejercicio o dormir un poco más? ¿Escogiste medias blancas o azules?
Las personas indecisas pueden creer que es un rasgo de su personalidad, pero en realidad podrían fortalecer esta habilidad para hacer un cambio. Pues la toma de decisiones no es más que la capacidad de elegir una opción con base en los estímulos internos o externos.
Tomar decisiones también es parte del entorno laboral. Acá, más que en otros ambientes, es fundamental que se lleve a cabo un proceso de análisis y valoración de los estímulos y variables que intervienen en las opciones a elegir.
Un profesional incapaz de tomar decisiones afrontará grandes dificultades en su actividad laboral. En especial si su objetivo es escalar a posiciones de liderazgo y responsabilidad.
Resolución de problemas
Esta es otra de las habilidades cognitivas clave para conseguir el éxito laboral. Los problemas abundan en el trabajo, tanto por asuntos interpersonales como por situaciones de las tareas y funciones del personal en sí. Manejar con asertividad estas situaciones hace toda la diferencia entre un profesional y otro.
Gestionar las emociones y tener la capacidad de utilizar conocimientos para encontrar soluciones es altamente valorado en un empleado. Ya que es muestra de proactividad, creatividad y eficiencia.
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Inhibición
Esta habilidad podría equipararse a la inteligencia emocional. Es la capacidad de controlar los impulsos de las emociones y razonar antes de actuar.
Este control es clave para sortear con éxito situaciones de estrés y tensión en el trabajo. Es parte del proceso de resolución de conflictos. Además, evita que los problemas grandes o pequeños se agraven.
¿Necesitas reforzar tus habilidades cognitivas?
El cerebro humano tiene un potencial de adaptación y aprendizaje imparable. Por eso, a pesar del paso de los años, siempre es posible reforzar las habilidades cognitivas. Quizás se requiera un poco más de esfuerzo, pero eso no es motivo para no intentarlo.
Además, acá traemos unos tips para ayudarte y hacerlo más fácil:
- Realiza actividad física. De acuerdo a una investigación publicada en la revista Brain Plasticity, hacer ejercicio favorece la función cerebral. Esto puede causar un efecto positivo en la memoria, el aprendizaje y otras habilidades cognitivas.
- Asume retos. Sal de tu rutina, acepta experiencias diferentes y exponte a cosas nuevas cada que tengas la oportunidad. Esas situaciones te ayudarán a generar otras formas de pensamiento para resolver problemas, comunicarte mejor y procesar información.
- Lee y practica juegos mentales. Estos son ejercicios para entrenar la mente. Según la lectura o la complejidad del juego, ejercitarás habilidades cognitivas diferentes. Por ejemplo, existe evidencia científica de que la lectura puede mejorar las habilidades verbales y de razonamiento abstracto (planeación, monitoreo, etc.). Conviértelo en un hábito, para que, al igual que con el ejercicio físico, notes los resultados.
- Duerme bien. El descanso suficiente y de calidad, le ayuda a la mente a recuperarse. Además, durante el sueño, el cerebro continúa procesando la información que ha capturado a lo largo de la jornada.
Sé consciente de tus habilidades cognitivas y utilízalas
En definitiva, las habilidades cognitivas son la base o fundamento para el desarrollo de muchas otras capacidades y competencias. Esto es real tanto en la vida personal como en el trabajo. Por eso, aunque no cabe duda de que las habilidades técnicas juegan un papel importante en la carrera profesional, entrenar las habilidades cognitivas puede marcar la diferencia.
Además, estas habilidades contribuyen en tu propio desempeño y desarrollo profesional y te ayudan a sobresalir en los procesos de selección o en los entornos laborales en general. Los reclutadores al igual que los altos mandos reconocen a las personas que cuentan con estas habilidades, y las valoran porque saben lo difícil que es desarrollarlas y lo importante que son. De modo que, si detectaste algún vacío en tus competencias cognitivas, es momento de entrenarlas.