En esta era tecnológica, la comunicación se volvió digital y cada vez más concisa. Es que ¿quién no ha abreviado palabras para escribir más rápido? Si bien tomar este atajo puede resultar útil, en muchos contextos como en el laboral o académico, se considera inapropiado.
Sin embargo, existe un método para comunicarte usando la menor cantidad de caracteres sin que el mensaje deje de sonar «profesional» o «serio» y que sea fácil de comprender para el lector. Estamos hablando de la economía del lenguaje, pero ¿qué es? y ¿cómo aplicarla? En este artículo hemos preparado para ti todo lo que tienes que saber sobre cómo economizar la comunicación. Desde cuál es su importancia hasta cuáles son sus beneficios. ¡Veamos de qué se trata!
¿Qué es la economía del lenguaje?
El principio de la economía del lenguaje fue creado por el lingüista francés André Martinet, y está asociado a la teoría de la ley del mínimo esfuerzo. Esta plantea que los humanos buscamos la forma más eficiente de realizar una tarea implicando el menor trabajo posible. En este sentido, hace referencia a que las personas de manera innata tendemos a comunicarnos utilizando frases más cortas, o abreviando las palabras.
Si bien se cree que es de perezoso usar menos términos para hablar, en realidad la economía del lenguaje propone algo mucho más significativo: Se trata de evitar palabras redundantes que no aporten valor al mensaje, y sustituir los términos rebuscados por otros más simples y precisos, con el fin de que el comunicado sea más accesible y consumible.
Por eso, este método significa encontrar una comunicación concreta y eficaz, algo tan valioso en una sociedad donde todo es inmediato y efímero. Entendiendo como aplicar la economía del lenguaje podrás beneficiarte en tu desarrollo laboral ¿Estas listo para hacerlo?
¿Cómo aplicar la economía del lenguaje?
Imagina que trabajas en marketing y te ordenaron crear una publicidad. Tu objetivo es transmitir un mensaje claro y directo para que las personas puedan entenderlo y recordarlo sin dificultad. Entonces, no tendría sentido usar palabras largas y rebuscadas, ya que poca gente se detendría a leerlas. Por eso, la idea que plantea la economía del lenguaje esta en que menos es más.
Por ejemplo, Nike con su famoso «Just Do It» logra transmitir un mensaje fácil de leer y comprender. Claro que este método no solo es aplicable en estos casos, sino que se puede utilizar en todo tipo de comunicación, desde escribir un email o hasta redactar un blog en internet. Pero ¿cómo lograr esa eficiencia? ¡Descubre 6 tips para conseguirlo!
- Utiliza claridad y precisión: sé claro y conciso al expresar tus ideas para evitar confusiones.
- Elimina información redundante: revisa tus textos para identificar información repetitiva, y descarta las palabras innecesarias que no aportan valor a la idea principal.
- Estructura tu mensaje: utiliza palabras claves, variaciones en la tipografía, subtítulos, viñetas y párrafos cortos.
- Evita palabras complejas: muchas veces por caer en el afán de querer sonar profesional, terminamos redactando mensajes demasiados complejos. Asegúrate de utilizar un lenguaje que sea comprensible para tu receptor.
- Usa imágenes: añadir imágenes puede contribuir a que el texto sea claro y atractivo para leer.
- Edita y revisa: dedica tiempo a revisar y editar tu escrito las veces que sea necesario. Ocúpate de la coherencia y de la ortografía.
¿Por qué es importante economizar el lenguaje en la actualidad?
Seguro te paso a ti también: estar navegando en las redes sociales y de repente, una notificación te distrae por completo, olvidando todo lo que estabas haciendo. Es que debido a la cantidad de estímulos que hay en Internet, la atención suele ser efímera. Si a eso le sumamos la escasez de tiempo que acostumbran a tener las personas, es probable que nunca llegues a captar por completo la atención de tu receptor cibernético.
Además, un estudio realizado por el Grupo Nielsen Norman, expone que el 79 % de los lectores en la web escanean la página al leerla y solo el 16 % lee palabra por palabra. Si quieres que ese 79 % te comprenda, es importante que puedas economizar la forma en la que te comunicas, de esta manera tu mensaje llegará con éxito a más personas.
Beneficios de utilizar la economía del lenguaje
Si aún tienes dudas sobre si es conveniente o no usar la economía del lenguaje en tu ámbito laboral, aquí te dejaremos una lista con los distintos beneficios que obtendrás al aplicarla.
- Permite ahorrar tiempo: al ser preciso con el mensaje, ahorras tiempo tanto tu redactando como el receptor leyendo.
- Fomenta la atención y retención: transmitir información relevante de forma clara y concisa, favorece el interés y la compresión.
- Se logra ser más persuasivo: al centrarte en generar contenido de valor, creas textos más convincentes facilitando la toma de decisiones.
- Aumenta la accesibilidad: facilita la comprensión por parte de diferentes audiencias, incluyendo aquellos que no conozcan el tema que estas desarrollando.
- Estimula la creatividad lingüística: la economía del lenguaje te desafiara a encontrar formas innovadoras y creativas de comunicarte.
Menos es más
Practica este ejercicio antes de escribir o hablar: pregúntate si las palabras que agregas aportan valor a tu mensaje. Además se crítico y analiza tus textos; esto te permitirá identificar si eres eficiente a la hora de comunicarte. Intenta reconocer si hay tecnicismos o palabras redundantes y corrígelas por contenido que contribuya a tu argumento.
Trata siempre de ir directo al grano con lo que quieres decir. Muchas veces con la intención de querer embellecer el texto terminamos escribiendo párrafos muy confusos y extensos. No olvides que lo importante es que tu comunicado sea accesible y comprensible para el lector.
Recuerda que aquí hacemos hincapié en la economía del lenguaje en relación a la eficacia del mensaje, y no al simple hecho de abreviar palabras por holgazanería. Sacarle provecho a este método es una estrategia muy útil y necesaria para transmitir ideas claras y memorables.
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