Sí, es posible que uno de los retos más difíciles que tiene que atravesar un freelancer es fijar precios a su trabajo. ¿Cuál es la tarifa justa por lo que hago? Es casi, casi que un problema existencial, ¿no lo crees? No te preocupes, no eres el único que atraviesa este camino rocoso. Te mostramos los errores que debes evitar cometer al ponerle precio a tu esfuerzo.
1. Fijar precios dentro del presupuesto del cliente
Es normal, sin embargo, como autónomos tenemos que comprender que el cliente coloca una cifra estimada de lo que está dispuesto a invertir, y de lo que este piensa que vale la tarea según su compresión del grado de complejidad. Pero dejar que un tercero coloque el precio de tu trabajo no está bien.
Lo correcto es fijar una tarifa con la que sientas que tu trabajo es valorado. Además, ten presente que algunos clientes proponen un precio bajo solo para negociar, si tú no lo haces y solo aceptas así, eres tú quien pierde.
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2. Ignorar el costo
Existe el caso donde no calculas el costo real, y se presenta la posibilidad de que este supere lo que el cliente está dispuesto a pagar. En el caso de que la actividad a realizar involucre la compra de plugin, solo por nombrar algo, debes hacer consciente al cliente antes de hacer el contrato.
Asegúrate de que quien te vaya a contratar este dispuesto a pagar el precio de los productos necesitados, más el costo por tu trabajo. No aceptes un trabajo donde el presupuesto total y real de la inversión, no estén calculados, y solo se trate de estimados.
Para ello debes hacer las preguntas necesarias, es imperativo comprender qué es lo que requiere el cliente. Un mal presupuesto te pone en aprietos e incluso puede afectar tu imagen profesional.
3. No detallar el precio
Solemos dar un precio total, pero no detallar el porqué. Una buena práctica es explicar la razón de la tarifa. Si especificas el valor de cada operación podrías ayudar al cliente a negociar el presupuesto, entender o priorizar las actividades principales por la que desea contratarte en caso de que no cuente con suficiente dinero.
Si tienes claro cuánto vale tu trabajo, entonces es más fácil que el cliente se ajuste en lugar de tú tener que ajustarte.
4. Establecer una tarifa muy baja
Muchos freelancers piensan que con una tarifa baja llamarán a más clientes. Sin embargo, podría tener el efecto contrario y jugar en su contra. Ya que una tarifa baja podría ser sinónimo de un trabajo pobre y algunos no están dispuestos a perder el tiempo, prefieren pagar lo justo por alguien que le garantice un buen trabajo porque sabe lo que vale.
5. Fijar precios demasiado elevados
Para un cliente es fácil ignorar a los grandes apostadores si hay uno de tu competencia que está dispuesto a cobrar lo justo. La mayoría de los clientes evalúan y certifican las habilidades de los freelancers con una prueba, digamos que es fácil deducir si dos profesionales son buenos en su área, pero uno tiene una tarifa más elevada que el otro, a quién escogerá.
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El secreto de todo esto es descubrir como freelance cuál es el valor de tu trabajo. Si tienes claro tu precio, te posicionarás justo en el centro, no te sobrevalorarás, ni tampoco entregarás tu esfuerzo por una tarifa muy baja.