De las equivocaciones, nadie está exento. Si no tuvieran consecuencias sería un poco más fácil ¿no lo crees? Pero, lo cierto es que cuando son graves pueden socavar la imagen profesional, arruinarla a tal punto que el cliente se vaya con la intención de nunca más volver. La única forma de evitar que ocurran los desaciertos es que estemos conscientes de ellos, para así disminuir la posibilidad de cometerlos. Aquí los peores errores que un diseñador gráfico no puede permitirse hacer.
1. Te inspiraste mucho en las obras de otros
A veces es difícil que baje la musa, a todo diseñador le ha ocurrido al menos una vez. Por ello, el recurrir a buscar inspiración en otros diseños es todo lo que podrías tener. En principio es una idea genial, el problema se encuentra cuando tu boceto es bastante similar al de esa obra, lo peor es que sabes que no lo puedes negar.
Por supuesto, la consecuencia no solo es que el cliente se dará cuenta y frunza el ceño, también está el punto en que tu creatividad se estancó y te aleja de tu marca personal.
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2. No darse el tiempo para detectar errores
¿Qué diseñador gráfico no ha tenido un error tipográfico? El inconveniente es que no te tomas el tiempo para detectarlo, ¿pero sabes quién sí se dará cuenta? Quizás tu cliente no, peor aún, los usuarios de tu cliente. Por mucho trabajo acumulado que tengas, no entregues un diseño sin antes revisar, revisar y revisar de nuevo.
Incluso, lo recomendable es que después que lo entregues le eches otro vistazo, si tiene un error, no dudes en modificar y decirle al cliente. Este lo agradecerá, y demostrarás que eres un profesional que se preocupa por su trabajo aun después de haber hecho la entrega.
3. Es frustrante explicarle al cliente por qué su sugerencia no funciona
La mayoría de los clientes no tienen noción de lo que funciona o no en el diseño, hay elementos, teorías esenciales en la que tú como profesional en esa área sabes que está mal. El detalle está, siempre hay un detalle cuando se enlistan los errores, en que no te sientes de humor para discutir con el cliente y explicarle el porqué no es correcto combinar esa tipografía con ese color, solo por decir algo.
Cuando implementas un elemento que sabes que está mal sin informarle al cliente, puede hacerte ver poco profesional. Por otro lado, si lo haces, considera que tampoco querrás agregarlo a tu portafolio, así que por donde lo veas no es una opción factible.
4. No cambiar el nombre del archivo del cliente fastidioso
Es probable que ya te hayas topado con ese cliente. Sí, ese que dice y si le agregas lo que tiene este a este, y este a aquel y luego, después de muchas versiones expresa, me gustaba más el original, podrías por favor cambiarle el color a ese original. En fin, manda a realizar infinitas correcciones.
Por lo que la única forma de drenar tu molestia es colocarle al archivo algo parecido a fastidiosoversion4557.png. Te encuentras cansado y bueno, subiste el archivo sin modificar el nombre. Por consecuencia, esa pequeña descripción afectó la comunicación. Evita hacerlo, por muy molesto que estés, lo recomendable es siempre colocar nombres que te mantengan profesional.
5. Te dejas seducir por la procrastinación
Uno de los errores en un diseñador gráfico es que lo contraten y deje para después leer las instrucciones del cliente, quizás porque tiene otros pendientes o porque se distrajo con la promesa de que lo hará luego. Solo cuando se está muy cerca a la fecha u hora de entrega abre los archivos y se da cuenta que en ese instante que tiene muchas dudas.
Familiarízate con el proyecto de inmediato, lo menos que quieres es parecer poco profesional. Haz las preguntas correctas al cliente específico, la sesión informativa es crucial para ajustarse a las necesidades del contratante, dejarlo para después porque se está muy cansado es una pésima idea.
6. Tendencia inapropiada
Hay diversidad de tendencias y pretender que todas pueden calzar en cualquier diseño es un error. Lo recomendable es que te tomes el tiempo de analizar si esa tendencia es apropiada o en definitiva no. Para ello, se hace necesario estudiar el estilo, la audiencia y la marca del cliente. En fin, ese punto ya lo sabes, la cuestión es siempre recordarlo y tomarlo en consideración.
7. Usar tanta jerga que terminas por confundir al cliente
¿Qué es Slab Serif y kerning? Utilizar demasiado términos de diseño puede confundir al contratante, aparte de alejarte de ser profesional, hará que este haga muchas más preguntas. Un léxico simple hace que fluya mejor la comunicación, asegúrate que tú y el cliente vayan por la misma línea.
8. Hacer un logo y olvidarte de la identidad de la marca
Es común que los clientes lleguen diciendo “quiero un logo”, cuando en realidad lo que desean de ti es que le diseñes una identidad de marca completa. Ofrecer un paquete completo y explicarle de qué se trata, hará que el contratante entienda lo que necesita y se sienta satisfecho.
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De nuevo al punto, ¿quién está exento de cometer equivocaciones? En esta lista de los peores errores que un diseñador gráfico puede cometer, se reducen o evitan solo si estás atento de ello. Manteniéndote en la línea de dar lo mejor de ti en cada diseño, te acercas al éxito profesional.