¿Eres diseñador y sueñas con trabajar en un medio de comunicación escrito? ¿Quieres contar historias a través de tus diseños? Entonces, lo que quieres hacer es diseño editorial. Esta área del diseño, como su nombre lo indica, es un proceso clave del mundo editorial. Es un aporte visual que complementa un texto; de hecho muchas veces le da valor. Por eso, se ha convertido en un arte muy importante y valorado por la industria tanto en lo impreso como en lo digital.
¿Qué es diseño editorial?
Existen varias definiciones de diseño editorial, ya es una actividad que ha evolucionado y cumplido diversas funciones a lo largo de la historia. Acá utilizaremos una simple y concisa que la describe bastante bien: es la rama del diseño gráfico dedicada a componer, diagramar y producir la identidad visual de las publicaciones. Es un arte que puede aplicarse en diversas piezas en digital e impresos.
Así, un folleto, e-book, periódico digital, revista, libro y muchas otras publicaciones requieren del trabajo de un diseñador antes de salir al público. El impacto y aceptación de estos productos dependen en gran medida de su diseño. Pero no se trata solo de dar forma y color a una publicación. El resultado de este trabajo va más allá: es elevar la calidad de una publicación, creando la conexión ideal entre forma y contenido. Asimismo, es una herramienta que da personalidad a los productos, crea identidad y diferenciación.
Para más claridad, piénsalo: ¿Quién no ha comprado un libro por su portada? ¿Quién no abandona una lectura por una tipografía pequeña? ¿Quién no recibe un folleto en la calle, por curiosidad al ver colores llamativos? ¿Quién no se detiene más tiempo del pensado en leer una infografía? ¿O quién no ojea una revista sin leerla? Todo esto es efecto del diseño editorial.
Los 3 elementos básicos del diseño editorial
Si bien las características del diseño editorial son volátiles, pues muchos factores confluyen en su creación, hay 3 elementos comunes a toda publicación y sin los cuales es imposible ejecutar un buen diseño.
- Identidad. Este es el pilar de todo diseño editorial. El diseñador debe conocer y comprender la esencia de la marca, del medio o del autor para orientar toda su creación a representarla de manera correcta.
- Contenido. Este es el insumo que el diseñador debe perfeccionar para que la publicación sea visualmente agradable. Del contenido surgen varias condiciones para el desarrollo del trabajo, desde el tema (no querrás utilizar el color rosa, si estás diagramando un texto de vampiros, ¿verdad?), la extensión (esto puede influir en la tipografía, por ejemplo), hasta la estructura del texto (condicionará el uso de recursos gráficos para organizarlo) y otras cosas.
- Forma. Este elemento se compone de la disposición, la tipografía, el color y la imagen. Con estas cuatro herramientas, el diseñador conecta la identidad con el contenido, para producir una pieza con personalidad, que habla por sí sola de su marca y del tema que la inspira.
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Recursos gráficos
Acabamos de mencionar elementos generales y básicos de todo diseño editorial, ahora vale la pena destacar también otros recursos gráficos útiles. Estos ayudan a dar un tratamiento especial a los contenidos y por eso su uso es opcional según las necesidades del texto.
- Tablas
- Gráficas
- Figuras
- Iconos
- Mapas
- Infografías
- Cronologías
- Ilustraciones
- Organigramas
¿Y el público?
Al igual que en todo producto comunicativo, el público se debe conocer de antemano. En este caso, la tarea fundamental del diseñador es crear una publicación que resulte atractiva a la vista y que sea funcional para quien la lea. Esto es imposible de lograr si no sabes a quién va dirigido tu trabajo y cómo lo consumirá, ¿cierto? Algunas preguntas que puedes hacerte o formularle a tu cliente son las siguientes:
- Datos demográfico: edad, género, nivel educativo, y más.
- ¿Cuál es su cultura visual? ¿Entenderá imágenes abstractas o metafóricas? ¿Requiere elementos explícitos?
- ¿Cómo leerá el público la pieza? ¿Será una lectura rápida y descuidada o, por el contrario, pausada y consciente?
- ¿Qué espera el público de la publicación? ¿Entretenerse, informarse, aprender, pasar el tiempo?
Preguntas de este tipo, enfocadas en la percepción de quienes leerán las piezas, ayudan a escoger los recursos gráficos que darán lugar a unas piezas que conecten y agraden al púbico objetivo.
El diseño editorial abre puertas
A los largo de esta entrada hemos mostrado para qué sirve el diseño editorial y cuál es su importancia. Ahora, concluimos con una reflexión: El diseño editorial abre puertas tanto para las publicaciones que lo aplican, como para los profesionales que se especializan en él.
La primera parte de nuestra reflexión ha quedado clara en todo lo dicho hasta el momento. La segunda parte, la ampliaremos:
La vista es el sentido que más nos ayuda a conectar con el entorno, con las cosas que nos rodean. Asimismo, la memoria visual es una capacidad cognitiva muy poderosa en los procesos de aprendizaje, por ejemplo. Y como si fuera poco, lo visual (junto con lo auditivo) ha trascendido de lo físico a lo virtual, para continuar posicionándose como nuestra principal forma de recibir información. En consecuencia, la apariencia visual de las cosas es fundamental.
Los procesos editoriales han comprendido esa particularidad de nuestros sentidos y han sacado provecho de ella. No es fortuito, entonces, que los diseñadores editoriales sean muy valorados por todo aquel que quiere producir algún tipo de publicación. El éxito de su trabajo puede estar en riesgo si no cuenta con el acompañamiento de un profesional especializado en convertir su contenido en una pieza excepcional, de fácil lectura y comprensión.
Entonces, bien si eres un escritor con un texto listo para diagramar o un diseñador con conocimientos puntuales sobre el mundo editorial, las puertas para conseguir grandes logros están abiertas.