Sentir rabia ante una situación difícil es normal. Todos hemos experimentado este sentimiento en algún momento, ya sea por un desencuentro con un cliente, un malentendido con tu jefe, entre otros. Sin embargo, sin importar la causa, es importante que aprendas a controlar la ira, sobre todo en tu lugar de trabajo, para mantener un clima de cordialidad y armonía en la organización.
Sabemos que no es una tarea sencilla. Que al estar frente a un comentario desagradable muchas veces sientes la necesidad de responder de la misma forma. No te gusta ser subvalorado, ni irrespetado. Tampoco te gusta perder el control de lo que sucede a tu alrededor. Por ello, si te sientes identificado con alguno de estos escenarios, echa un vistazo a estos tips.
1. Identifica las causas de tu molestia
¿Qué te hizo sentir de esa manera? ¿Fue una decisión injusta que te comunicaron? ¿Un compañero que te delegó una responsabilidad que no te compete? ¿Quizá en este momento no te sientes valorado en tu lugar de trabajo? Reconoce el sentimiento que desencadenó tu ira. Es importante que veas dentro de ti y que comiences a trabajar para convertirte en tu mejor versión.
2. Analiza si lo sucedido es relevante
Muchas veces nos ofuscamos por cosas que realmente no valen la pena. Pregúntate si lo sucedido merece tu dolor de cabeza. Si la respuesta es negativa, trata de olvidar el evento, y prestarle atención a otros temas que no ameriten un desgaste emocional o físico.
3. Gestiona tu sentimiento
Si no sabes cómo controlar la ira en el trabajo, esta se puede transformar en rencor y otras emociones negativas que, de acuerdo a estudio publicado en Arquivos Brasileiros de Cardiologia, pueden aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Para evitar esta situación, es recomendable hacer ejercicios que te permitan liberar tensión. Uno muy útil es contar hasta 10 y concentrarte en tu respiración.
4. Busca un espacio agradable
Si es posible, trata de salir de tu oficina o del lugar que detonó tu enfado. Un paseo puede ser una buena opción para pensar en lo que pasó, y buscar soluciones efectivas. La idea es que te sientas más tranquilo y puedas abordar lo sucedido desde una perspectiva más fresca.
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5. Habla el tema con alguien de confianza
Todos tenemos en la oficina un compañero o amigo en el que podemos confiar, contarle nuestros problemas, desahogarnos. Busca un lugar adecuado para hablar. Quizás el paseo que te sugerimos en el punto anterior puedas realizarlo con esta persona y así tener mayor privacidad.
6. Discute el tema con la persona involucrada
Cuando ya estés más calmado, busca un momento para conversar con la persona involucrada. Si sientes que el carácter de esta puede provocar que la situación se salga de control, busca a un tercero que actúe como mediador en el encuentro. El propósito de la reunión siempre será conseguir una solución. Habla abiertamente, eso sí, desde el respeto y sin repartir culpas.
Utiliza frases cordiales. Expresa tu posición del tema sin lastimar al otro. Una buena forma de hacerlo es: “este es mi punto de vista, aunque también respeto tu opinión”.
7. Piensa cómo manejaría el evento tu mentor
Visualiza cómo abordaría el problema esa persona que tanto te inspira. ¿Qué haría si estuviera en tu lugar? Es probable que, al verla actuar frente a ese escenario de ira, evites responder de una manera negativa. Es decir, en vez de gritar como querías, respirarás profundamente y cuando estés más tranquilo, abordarás con serenidad y palabras adecuadas a tu interlocutor.
8. Saca un aprendizaje
Aunque el evento haya sido difícil para ti, siempre obtendrás un aprendizaje. Analiza cómo actuaste. Si crees que tu actitud no fue la correcta, reflexiona. Estás a tiempo de hacerlo. Recuerda que lo importante es que tú te sientas bien contigo mismo y con tu entorno.
Habrá momentos en los que sientas iras, eso es natural, como ya te hemos comentado. Pero debes procurar que ese sentimiento no se apodere de ti.
Beneficios de controlar la ira en el trabajo
Ahora que sabes qué herramientas puedes aplicar cuando te encuentres ante una situación que te genere rabia en tu oficina, te contamos los principales beneficios que obtendrás si manejas de forma correcta las emociones con tus compañeros de trabajo:
- Crea un ambiente más positivo: te sentirás más cómodo con tu equipo mientras realizas tus actividades del día a día. No te sentirás atacado cuando te hagan una observación.
- Disminuye el estrés: esas emociones negativas que te generan un desgaste mental, ya no afectarán tu calidad de vida. Estarás más concentrado en otros temas que sí valgan la pena.
- Mejorará tu productividad: tu atención estará enfocada en obtener mejores resultados como empleado, en lugar de querer controlar todo lo que ocurre a tu alrededor.
- Comunicarás tus necesidades de forma asertiva: si sientes el deseo de expresar tu punto de vista ante un hecho que consideres injusto, lo harás de la mejor manera posible.
- Reduce las distracciones: ya no perderás tiempo valioso pensando en la molestia que te ocasionó el evento desafortunado que tuviste con la otra persona.
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Gestionar tus emociones te hará más feliz
Controlar el enojo es un logro. Celebra cada vez que puedas controlar un sentimiento negativo. Apláudete por el hecho de haber gestionado de forma efectiva esa ira que se quería apoderar de ti cuando experimentaste un evento poco agradable.
Trata de ser más positivo. De tener una mente abierta y recibir con humildad las críticas constructivas. Trata también de apoyar a otros. De ser más empático y compasivo. Quizás el del problema sea tu compañero de trabajo, no tú. Si te encuentras con un caso similar, escúchalo. Si acude a ti en busca de ayuda quizás es porque ve en ti una persona de confianza en la que puede apoyarse.