¿Alguna vez has escuchado sobre el síndrome de Estocolmo laboral? El síndrome de Estocolmo es un trastorno psicológico en el que una persona que ha sido secuestrada, empatiza o justifica comportamientos de sus captores y poco a poco se va identificando con sus ideas. Esto, traducido al ambiente laboral, también puede ser muy peligroso.
En este artículo exploraremos de qué se trata el síndrome de Estocolmo laboral, cómo identificarlo y qué se puede hacer al respecto. Si eres de los interesados en el tema, entonces te recomendamos que no dejes de leer.
¿Qué es el síndrome de Estocolmo laboral?
Como ya lo mencionamos antes, el síndrome de Estocolmo hace referencia a cuando una persona en situación de captura, acepta y se identifica con comportamientos de sus captores. Trasladada esta definición al mundo laboral,se refiere a cuando una empresa tiene un trato negativo e incluso abusivo contra un empleado, y este acepta, normaliza y hasta llega a justificar esas acciones.
El profesional pone de ejemplo cuando se da algún inconveniente con una remuneración monetaria o se experimenta abuso y tortura psicológica por parte de compañeros o jefes. En el síndrome de Estocolmo laboral, el colaborador experimenta un nivel muy bajo de autoestima y una necesidad muy fuerte de valoración externa.
Te puede interesar: Salario emocional: ¿qué es y por qué es importante?
Síndrome de Estocolmo laboral y apego
Para los expertos, el síndrome de Estocolmo laboral parte del clínico; y a pesar de las vejaciones contra su integridad, el trabajador continúa en la empresa de manera voluntaria. Es decir, nadie le ha obligado a permanecer ahí o a acatar y tolerar esas conductas destructivas de las personas a su alrededor. Asimismo, hay pocas posibilidades de que continúe en ese ambiente por alguna necesidad difícil de cubrir.
Y es que los profesionales de la salud mental han llegado a la conclusión de que el síndrome de Estocolmo (laboral y no laboral) parte de una situación de apego, del capturado, a su captor. De acuerdo a la psicóloga sanitaria, Cristina Agud, se considera a este como una respuesta de protección que se genera de forma automática y está condicionada por el instinto de supervivencia.
El captor crea terror extremo en las víctimas, lo que hace que estas se sientan impotentes y sumisas. Como necesitan seguridad y esperanza, de forma inconsciente ignoran el lado negativo del captor y empatizan con su posición, figurándose que así la situación traumática cesará.
Cristina Agud, psicóloga sanitaria
El síndrome de Estocolmo laboral se presenta, sobre todo, en empresas en las que los empleados no son valorados como más que una pieza para alcanzar un objetivo (son descartables). También donde existen jefes con un marcado carácter autoritario y donde las autoridades que velan por los intereses de los trabajadores, como el departamento de RRHH, no existen.
Reconoce el síndrome: Síntomas
Hay tres cosas que posibilitan la aparición del síndrome de Estocolmo general, según Agud: La negación, es decir, cuando una persona no cree que en realidad está viviendo cierto tipo de situación. La minimización, cuando alguien cree que el problema podría ser mayor o que hay otras personas en peores posiciones que ellos (el típico “no es tan grave”). Y por último, una racionalización, no de la situación, sino que del porqué sucede. De ahí que salga la frase “ha de haber tenido sus motivos para hacer x cosa”. Otros síntomas son:
- Asimilación con la realidad cotidiana, las situaciones de violencia laboral.
- Justificación de los comportamientos de compañeros y jefes, que evidentemente están mal intencionados.
- En el síndrome de Estocolmo laboral, el empleado siempre tiene una razón “válida” para no renunciar y prioriza su trabajo sobre otros aspectos de su vida.
- La empresa resalta con regularidad los aspectos positivos de trabajar ahí. Por ejemplo: Excelente clima laboral, acceso a servicios médicos premium, capacitaciones constantes, etc.
Lee también: Trabajo inteligente vs. trabajo duro, ¿cuál es más efectivo?
¿Cómo puedes superar este trastorno?
Por fortuna, el síndrome de Estocolmo laboral se puede superar. Es necesaria una intervención psicológica con profesionales calificados y mucha paciencia, pero si conoces a alguien que esté pasando por ello, debes saber que es posible sacar a esa persona de ahí. El primer paso, entonces, es que el afectado reconozca el problema.
El escenario más frecuente es que el empleado se dé cuenta de que está viviendo una situación laboral injusta y que no debería ser tratado de esa manera. En la actualidad, hay muchas leyes que protegen a los trabajadores del abuso de los empleadores, y hablar con un profesional sobre el tema también podría ayudar a aclarar el panorama.
No solo basta con reconocer que se está en una posición de víctima de injusticia, sino que es necesario identificar cuáles son las actitudes abusivas que se ha sufrido. A la víctima: ¿Le han bajado el salario de manera injusta?, ¿O le dan más trabajo que el resto por una paga mucho menor?, quizás sus empleadores le hacen trabajar más horas o le amenazan de forma constante con sacarlo de su puesto si no cumple una meta. Incluso, la situación puede escalar hasta maltrato físico.
Identificar el problema
Con la ayuda de un psicólogo, la persona que padece síndrome de Estocolmo laboral debe analizar los mecanismos de defensa que ha desarrollado para afrentar esa situación. Es decir, entender por qué actúa de esa forma. Puede que tenga un problema con el desarrollo de apego en general, o que haya desarrollado otra condición mientras laboraba en dicho lugar.
Los profesionales en salud mental deberán ayudarle a mejorar la autoestima, cosa que está muy vinculada con el apego en este síndrome. A través de técnicas y reflexiones, se espera que la persona logre abrazar sus cualidades positivas y negativas, y trabajar para potenciar unas y mejorar otras. Es decir, aceptar y validar lo que siente, piensa y hace.
A partir de ahí se puede decidir si cambia de empleo por uno con un ambiente más sano, o si se queda en el lugar de trabajo actual, pero afronta de manera diferente las injusticias que los empleadores pretenden ejercer sobre el colaborador. Esta decisión solo la puede tomar el paciente, pero sí puede ser aconsejado por un profesional de la salud mental.
El síndrome de Estocolmo laboral es una condición peligrosa que muchas personas pueden desarrollar sin darse cuenta. Sin embargo, dejarla de lado se puede lograr con la ayuda de un psicólogo o experto en la salud mental. El paso más importante de todos es reconocer la situación que se está viviendo.
Esperamos que este artículo te haya servido y que lo compartas con tus colegas.