Renunciar a tu puesto de trabajo de un día para otro te cargará de estrés y un poco de nervios, sin duda. Por fortuna, existen algunos pasos que puedes seguir para que la experiencia sea lo menos incómoda posible. ¿Quieres conocerlos?
Existen diversas razones para separarte de tu cargo de forma inmediata. Por ejemplo, una oportunidad repentina, ya que si bien es cierto que muchos empleadores pueden estar de acuerdo con tu decisión de cerrar ciclos, no todos están dispuestos a esperar mucho tiempo.
Así mismo, detrás de tu decisión puede estar un cambio de residencia, irte a vivir a otra ciudad o país, una enfermedad repentina e incluso un incumplimiento del contrato por parte de empleador.
¿Puedo renunciar a mi trabajo de un día para otro?
Ya repasamos algunos de los motivos que podrían llevarte a renunciar a tu trabajo de un día para otro. Ahora bien, puede que te preguntes si existen sanciones para el empleado que renuncia sin las formalidades correspondientes. Y la respuesta es no, o por lo menos en la mayoría de los casos. En general, no hay ningún tipo de sanción, a menos que hayas firmado un contrato que te ate de alguna forma, u ocasionado un perjuicio grave a tu empleador, en el que la empresa se vea en la necesidad de demandarte.
En todo caso, debes tener en cuenta que, independientemente de las causas, es necesario que dejes una buena impresión para que puedas tener las puertas abiertas en un futuro. Quizás más adelante requieras una referencia laboral y la empresa se niegue a entregártela por la forma tan abrupta como anunciaste tu partida.
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Pasos que debo seguir a la hora de renunciar
Si tu postura es irrevocable, te sugerimos los siguientes pasos:
- Medita tu decisión: no actúes de forma impulsiva. Evalúa las ventajas y desventajas.
- Conversa de forma honesta con tu empleador: es posible que este sea uno de los momentos más embarazosos para ti, pero es necesario. Aunque la conversación sea difícil, debes propiciar el momento para comunicarle hasta cuándo estarás en la organización.
- Mantén la calma: trata de estar tranquilo y de hablar con respeto.
- Explica los motivos de tu renuncia: comenta las razones que te obligaron a finalizar tu relación laboral, por ejemplo, una oferta en otro lugar que sobrepasa el sueldo que estás percibiendo.
- Sé positivo: destaca las oportunidades valiosas que recibiste durante todo el tiempo que te desempeñaste en ese puesto, así como los aprendizajes que adquiriste gracias a los cursos, talleres, especializaciones que la empresa te proporcionó, por ejemplo.
- Evita los juicios de valor: es preferible resaltar las mejores experiencias que viviste con tu equipo y las cosas que te llevas contigo.
¿Qué otros pasos debo seguir?
Además, de lo anterior, ten presente las siguientes recomendaciones a la hora de renunciar tu trabajo de un día para otro:
- Cumple con tus obligaciones: negocia algunos días con tu nuevo empleador para que puedas dejar ordenado tus documentos, y capacitar al compañero que se le asignarán parte de tus responsabilidades.
- Comunica por escrito: aunque hayas manifestado tu decisión al supervisor inmediato, es recomendable que sigas la formalidad de entregar una carta en la que informes: hasta qué día prestarás tus servicios, tus razones y un agradecimiento.
- Haz tu trabajo lo mejor posible: en ocasiones puede ocurrir que el ambiente se torne un poco hostil y que recibas algunas palabras desalentadoras de tu supervisor, aun así, el tiempo que decidas permanecer, haz tu trabajo lo mejor que puedas. Recuerda que las razones para irte están justificadas.
- Ofrece un plan de transición: si no consiguen tu reemplazo de manera inmediata, brindales otras alternativas temporales, como un manual que pueda ser ejecutado con facilidad por otros empleados que se desempeñen en tu misma área.
- Contempla también la posibilidad de negociar algunas horas en las que puedas asistir a la empresa para preparar a la persona que te sustituirá. Esto te ayudará a preservar la relación y a tener las puertas abiertas cuando necesites algún favor de tus supervisores.
Sé respetuoso y profesional durante todo el proceso
Sí, renunciar de forma repentina no es fácil. Ni para ti, ni para el empleador. Por ello, sin importar como se hayan dado las cosas, debes mantener una actitud respetuosa y profesional. Es probable que aunque el trabajo no tuviera una paga que llenara tus expectativas, es seguro que fue un lugar en el aprendiste mucho e hiciste grandes amigos y conexiones.
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Gracias por escribir sobre este tema. Realmente lo ideal es renunciar trabajando un tiempo de preaviso pero si no es posible por las diferentes razones señaladas en el artículo pues hacerlo con respeto, educación y honestidad es lo mejor. No disminuye lo embarazoso del momento pero al menos puede evitar que las cosas se compliquen a nivel del clima laboral.