Una de las preguntas que más terror causan en una entrevista de trabajo es: ¿cuál es tu remuneración pretendida? No porque sea difícil de contestar, como un examen de conocimiento, pero sí porque muchas personas temen poner un precio muy alto o bajo. Si tú eres de este grupo, este artículo es para ti.
Te indicaremos qué necesitas saber y tener en cuenta para responder esta pregunta de forma beneficiosa. Asimismo, verás que no hay por qué tenerle miedo. Solo es cuestión de hacer una pequeña investigación antes de la entrevista, o preguntarle a un amigo que desarrolle (o haya desarrollado) el mismo trabajo que tú.
Investiga el mercado para saber cuál es tu remuneración pretendida
Esto sucede especialmente si eres nuevo en tu área de trabajo. Si apenas vas a empezar, ¿cómo sabes cuánto podrías cobrar? Hay casos que, haciendo aproximaciones según las tareas que debas realizar, puedes sacar una cifra. Sin embargo, si no es tu caso, puede que temas al momento que te preguntan cuál es tu remuneración pretendida.
Te recomendamos, entonces, investigar el sector. ¿Cómo puedes hacerlo? Pregúntale a una persona que trabaja en el área que aplicas o relacionada. También puedes hablar con tus profesores, si eres un estudiante. Y si no, investigar en portales salariales especializados como LinkedIn Salary, Payscale o Glassdoor.
En estas últimas opciones debes tener en cuenta de que muestran cifras de sueldos globales, más enfocados en Estados Unidos. No obstante, la realidad de los países cambia según el mercado y la economía, y puede que, por ejemplo, a un diseñador le paguen más en un lugar del mundo que en otro.
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Considera un rango
Dar un número exacto es difícil. Si no sabes mucho del área, puedes pedir mucho o muy poco. Sin embargo, este problema se soluciona de una manera muy sencilla: da un rango en lugar de un número. Es preferible que contemples opciones medias entre lo que consideras que sería muy poco, y mucho, con respecto a las funciones que tendrías que cumplir.
Esto además te abrirá más puertas a la negociación, que es más difícil cuando das una cifra cerrada. En lugar de decir: “quiero X cantidad”, puedes decir “mi rango salarial está entre X (lo que consideras bajo) y Z (lo que consideras alto para el cargo)”. De esta manera te verás flexible, algo que los empleadores asocian positivamente.
Dale la vuelta a la pregunta
Esta es una opción que, si la realizas, puede sacarte del apuro. Sin embargo, debes ser muy cuidadoso y respetuoso con la forma en que planteas la pregunta. Si te cuestionan por tu remuneración pretendida, tú puedes preguntar a su vez cuál es el presupuesto disponible para dicho puesto de trabajo. Es ilógico pensar que la empresa no tiene dispuesta una parte de su presupuesto para cubrir una vacante que está buscando.
También puedes suavizar la pregunta cuestionando acerca de la cultura laboral, las funciones específicas que te competirían y si estarías a cargo de personas o serías un subalterno. Créelo o no, todas estas son cosas que hay que tener en cuenta a la hora de pensar en cuánto quieres ganar. Un jefe no gana lo mismo que un empleado porque, además de tener más preparación académica o experiencia, también tiene que encargarse de manejar personas.
Asimismo, un pasante no gana lo mismo que un empleado porque sus funciones son menores. Este punto además es clave para conocer cómo se desarrolla la empresa, a quién responderías en caso de una falla o error y quiénes pueden apoyarte en un momento de dificultad laboral.
Compara tu salario anterior
Si te muestras como un excelente empleado, es posible que muchas empresas quieran contratarte. No por algo hoy el mundo vive un desabastecimiento grande de talentos en muchísimas áreas laborales. Si estás en la capacidad de negociación (por ejemplo, dos empresas quieren contratarte para el puesto, eres una figura conocida o tienes cierta relevancia en el sector en el que te desarrollas), puedes comparar tu prospecto de salario con el anterior (o actual).
Existe una cultura laboral muy competitiva y las empresas que de verdad estén interesadas en contratarte, ya sea por tus habilidades o autoridad, podrán luchar para mejorar otras opciones salariales. Por esta razón siempre es bueno estar al día en las tendencias, lo que sucede en el mundo y en tu área.
Por ejemplo: Ahora está muy de moda el uso de programas de inteligencia artificial para la creación de contenido. Si aprendes a manejar alguno de ellos y a incorporarlo en tus habilidades profesionales, es posible que sumes más puntos que la mayoría de aspirantes que cuentan con las capacidades básicas. Y si eres un candidato atractivo, como ya lo mencionamos antes, tienes el poder de negociar cuál es tu remuneración pretendida.
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Errores a evitar
Es común que, por el miedo o desconocimiento, se cometan algunos errores al contestar cuál es tu remuneración pretendida. A continuación, vamos a señalar los principales para que los tengas en cuenta y los puedas evitar en tu próxima entrevista.
Mostrar inseguridad
Sí, es posible que tengas nervios o inseguridad, pero no debes mostrarlo. Los reclutadores prefieren (incluso para negociar) personas con carácter fijo, que sepan lo que quieren. Si dudas demasiado puedes dar la impresión de no saber del mercado y cualquiera podría tomar ventaja de eso: te ofrecería un salario muy bajo por cumplir más funciones de las cubiertas.
No abrir la posibilidad de negociar
Si ves en la empresa una posibilidad de crecimiento, ¿por qué no negociar tu salario? Ojo, esto no significa que aceptes una propuesta muy baja, pero si está dentro de tu rango, podrías darle una oportunidad. No te quedes pegado a una cantidad, puedes también preguntar por otro tipo de beneficios como seguridad social, descuentos, capacitaciones y más.
Sin duda esta es una pregunta compleja de responder. Debes tener en cuenta el mercado, la posibilidad de negociación y, si no, el presupuesto de la empresa para dicho puesto. Sin embargo, si sigues estos consejos, será mucho más sencillo responder cuál es tu remuneración pretendida.