El estrés laboral está relacionado con una mala salud, una baja productividad y un mayor número de errores humanos. Esto, de acuerdo a una investigación publicada en el Indian Journal of Occupational and Environmental Medicine.
Un buen líder no solo se preocupa por el rendimiento, también lo hace por los miembros de su equipo, y trabajar en un ambiente estresante puede perjudicarlos a todos. ¡Comencemos!
1. Sé transparente
Ocurre, en especial, cuando se trabaja remoto, que la falta de comunicación (o feedback) por parte de los superiores puede causar un sentimiento de desconexión con la empresa, que genera incertidumbre sobre su futuro profesional.
Así las cosas, procura realizar reuniones cada cierto tiempo en las que informes al equipo el estado del proyecto, de modo que no se sientan excluidos. También es muy útil un feedback periódico a cada miembro, y si este es favorable, reconócelo y agradécele por su buen trabajo.
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2. Sé respetuoso y amigable
Los jefes que lanzan las carpetas con tareas en el escritorio de sus empleados sin mediar palabra, déjaselos al cine y la televisión. No quieres ser ese que gestiona a los miembros de su equipo como si fueran máquinas.
Y es que esto tiene consecuencias, una investigación publicada en Frontiers in Psychology reveló que cuando los empleados sienten que la empresa los trata como robots, y no se preocupa por ellos o sus intereses, se crea una tensión psicológica que genera estrés. Así las cosas, respeta, valora y dale un trato amable a tus colaboradores.
3. Recuérdales que deben dormir lo suficiente
Sueño y estrés no son una buena combinación. El estrés no te deja dormir. Y el sueño no te deja trabajar y genera estrés. ¡Agggggg! Una pesadilla. Si has pasado por esta situación, no está de más recordarle a ese miembro del equipo que está, en especial, ojeroso, que debería descansar más.
4. Fomenta una comunicación bidireccional
Los buenos líderes saben que no son los únicos que tienen cosas interesantes qué decir. Permiten que los miembros de su equipo compartan ideas e incluso nuevos métodos que permitan mejorar procesos. Así mismo, escuchan con atención los problemas que afectan a sus empleados, ya sean profesionales o personales, y le muestran su apoyo.
5. Ofrece flexibilidad
Algunos trabajos, incluso remotos, exigen un horario rígido. Pero si no es el caso, sé flexible con tu equipo. Después de todo, hay quienes son más eficientes en la mañana y otros que prefieren la tranquilidad de la noche para dejar salir todo su potencial.
Así mismo, depende de su situación. Por ejemplo, si tienen niños pequeños y deben ajustar las horas de trabajo a las del descanso del bebé. En todo caso, la libertad de elegir su horario de trabajo puede ser un factor menos de estrés.
6. Ten expectativas realistas
«Quiero que termines este proyecto para el viernes, además de la presentación para el lunes y la campaña de marketing que inicia la próxima semana». Esto ejemplifica lo que no se debe hacer.
Las cargas laborales excesivas, los plazos imposibles de cumplir y los resultados sin los recursos necesarios solo suman estrés y generan frustración e incertidumbre sobre la permanencia en la empresa. Lo mejor: evitar esta práctica.
7. Sé un ejemplo
No podrás ayudar a reducir el estrés laboral de tu equipo si tú eres un manojo de nervios, te gana la ansiedad y no sabes como lidiar con este y tus emociones (¿qué pasa, líder?). Tampoco se trata de ser un robot, pero sí de mantener tus niveles de estrés negativo controlados y ser un modelo a seguir para tus colaboradores.
Mejor liderazgo, equipos más fuertes
En definitiva, un líder que se preocupa por el bienestar de su equipo no solo contribuye a mejorar la calidad de vida de sus colaboradores, sino que también obtiene beneficios a largo plazo.
Un equipo con menor estrés laboral es más productivo, creativo y comprometido con la empresa (y con el líder que se los ayudó a reducir). Y, al implementar las estrategias mencionadas, los líderes pueden construir equipos más fuertes y resilientes, ¡capaces de enfrentar los desafíos del entorno laboral actual!
