¿El acoso laboral puede trascender de las oficinas al trabajo remoto? Aunque parece difícil, ocurre: la violencia en el teletrabajo existe y si eres víctima de ella, debes reaccionar y no dejar pasar más tiempo.
En los últimos años, el trabajo remoto ha cobrado mucha vigencia y se ha hecho masivo en varios países y empresas. Sus ventajas han sido evidentes: ahorro en gastos administrativos para las compañías, flexibilidad para los trabajadores, acceso a oportunidades laborales en otros lugares del mundo y más. Pero a pesar de sus beneficios, el teletrabajo no es ajeno a las dinámicas negativas. Estas perjudican tanto a las compañías como a los individuos y por eso no pueden dejarse pasar como si nada ocurriera.
El problema suele estar en la dificultad para reconocer los actos de abuso en esta modalidad de empleo. Los siguientes son algunos ejemplos de las formas en que la violencia se presenta en el teletrabajo. Te las presentamos para que las conozcas y estés alerta ante las señales.
1. Exclusión
¿Crean grupos de Whatsapp y no te incluyen? ¿Te enteras de video reuniones a las que no te invitaron? ¿Desarrollan proyectos sin tenerte en cuenta? ¿Envían correos electrónicos a todos menos a ti? Estas son maneras de excluir a un empleado y pueden considerarse maltrato.
Aislar a los colaboradores evita que aporten todas sus capacidades al equipo, porque no se enteran de todo lo que acontece, tampoco generan vínculos y relaciones claras, y causa dudas sobre su rol. Si te das cuenta de que esta situación se presenta, habla con tu jefe. No hagas caso omiso, pues a largo plazo quedarás aún más rezagado.
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2. Irrespeto por el tiempo de desconexión
Cuando un empleador no respeta el tiempo de descanso de sus empleados, está pasando un límite. Claro, existen las excepciones: puede ocurrir que debas trabajar unas horas extra para conseguir entregar a tiempo un proyecto, o que ante un evento debas dedicar más tiempo del normal a tu trabajo. Eso sucede, pero no es natural que se convierta en la regla.
Si tu jefe o compañeros citan a reuniones en horarios no laborales, te envían correos y exigen respuestas durante el fin de semana, de manera reiterada y quizás innecesaria, o incluso si la carga laboral es tanta que la jornada no te alcanza, ¡reacciona!. Es importante que hagas respetar tu tiempo de desconexión.
Esta forma de violencia en el teletrabajo es grave porque afecta otras facetas de tu vida. Además, si no tienes tiempo para tu vida personal y privada, te sentirás agotado y tu productividad disminuirá. Nadie se beneficia de eso.
3. Exponer las debilidades o errores de un trabajador
Nadie tiene derecho a humillar ni exponer a un colega o subalterno; hacerlo es una práctica hostil y negativa. Los llamados de atención son parte del trabajo, siempre que se cometa un error. Lo que no está bien es hacerlo de manera pública, ni siquiera si es virtual.
Sin importar cuán grave ha sido el error, el respeto y la consideración por las personas debe prevalecer. No permitas que te expongan. No se trata de evadir responsabilidades, sino de proteger tu integridad. Reconoce tus equivocaciones y busca escenarios privados para dialogar sobre ellas.
La violencia en el teletrabajo es tan grave como el acoso laboral presencial
Aunque parezca inofensiva, la violencia en el teletrabajo afecta el desempeño y la autoestima de los trabajadores. Todo lo mencionado produce un sentimiento de nulidad y rechazo. ¿Quién puede trabajar a gusto de esa manera? Nadie. ¿Cómo ser ejemplar y productivo así? No hay manera.
Por eso, la violencia en el teletrabajo es tan grave como el acoso laboral presencial. De hecho, muchas situaciones que se dan en el modelo de trabajo tradicional en oficina también ocurren en condiciones remotas: asignar más trabajo del que se puede cubrir o menos del que se es capaz, no retroalimentar, entre otras.
Si eres víctima de maltrato laboral, tienes que reportarlo. Haz valer tus derechos. Se trata de un asunto tan delicado, que la Organización Internacional de Trabajo establece normas destinadas a poner fin a la violencia y al acoso en el mundo del trabajo. Así que no minimices la situación: si lo haces, el más perjudicado serás tú.