Desde que las redes sociales empezaron a ser parte esencial en el desarrollo de las relaciones interpersonales, se abrió la puesta al ghosting. ¿Acaso no te ha pasado que esa persona con quien sostenías una comunicación a través de medios digitales simplemente desaparece? Aunque esa mala práctica era común en contextos privados, ahora hay evidencia de que también trasciende otras esferas. Por eso hoy hablaremos ghosting laboral.
Comencemos por entender el término ghosting: es una palabra que proviene de ghost (‘fantasma’ en inglés). Su uso se ha popularizado para referirse a personas que abandonan sus relaciones sin previo aviso y sin dejar rastro… como fantasmas. Así, sin explicación dejan de responder tus llamadas o mensajes, y te bloquean en redes sociales.
En los entornos de trabajo hay dos áreas en donde el ghosting es cada vez más frecuente. Por un lado, en las relaciones públicas y las ventas, donde quién desaparece de repente es el cliente. Por otro lado, en Recursos Humanos, donde ambas partes (reclutadores y candidatos o empleados) pueden ser víctimas de esta mala práctica.
Ghosting laboral en ventas y relaciones públicas
En este ámbito, el ghosting ha existido siempre. De hecho, se considera normal que un cliente potencial haga una consulta sobre un producto y luego no regrese. Los motivos pueden ser muchos, incluso que nunca tuvo la verdadera intensión de comprar. Sin embargo, esto se torna en un acto dañino cuando la situación pasa de ser una simple consulta a constituirse en una relación comercial más demandante para ti.
Cuando el cliente potencial ha expresado un interés real, se ha conectado contigo más de una vez y te ha hecho pedidos que te han quitado tiempo y esfuerzo, es muy frustrante y desconcertante verlo desaparecer. Es probable que esto te lleve a buscar una explicación por tus propios medios; cuestionarte el punto en el que fallaste o qué salió mal.
Aunque siempre es válido analizar los hechos y encontrar puntos de mejora, no merece la pena quitarte el sueño cuando esto pasa. Es una realidad y, por lástima, es cada vez más frecuente. Por eso, es más importante enfocarse en identificar a esas personas con tendencia a ser fantasmas y tener planes de contingencia para minimizar los efectos del abandono.
No hay una técnica infalible para reconocer a ese cliente que te hará ghosting, pero sí algunas conductas que te ayudarán a prender alarmas. Por ejemplo, te dice que en este momento no puede, pero que lo hará más adelante sin darte una fecha exacta. En este caso no te quedes esperando, programa un fecha para hacer seguimiento y avanza a trabajar con otros clientes.
Otro caso podría ser un cliente que hace preguntas poco comunes que te toma mucho tiempo atender. Antes de dedicar tiempo en preparar una respuesta, indaga el porqué de su interés o para qué requiere esa información. Así tendrás un poco más de confianza en que sí merece la dedicación.
Lee también: 9 tipos de prospectos y cómo venderles
Ghosting laboral en Recursos Humanos
Hay dos tipos de ghosting laboral en el área de Recursos Humanos. El primero ocurre en los procesos de selección porque el reclutador no vuelve a contactar al candidato, o porque este último desaparece. En ambos casos se considera una falta de cortesía, ya que ambas partes están conscientes de la posibilidad de un rechazo, y por eso no tiene sentido evadir la situación.
Desde el punto de vista del candidato víctima, la incertidumbre o el malestar por no comprender qué pasó son agobiantes. Por su parte, las empresas incurren en pérdidas cuando es el candidato quien desaparece. Los equipos de selección deben iniciar nuevos procesos y ese tiempo es valioso para una compañía.
El segundo tipo de ghosting laboral en Recursos Humanos se trata de trabajadores que, de un día para otro, abandonan sus puestos de trabajo sin explicación y no regresan. Suele ocurrir en las primeras semanas de vinculación con una empresa, y se asocia con un descontento ante las expectativas que se tenían de la empresa o el cargo.
En este caso, aunque también hay unas pérdidas para la empresa, es importante evaluar qué pudo generar esa reacción de parte del empleado. ¿Hubo una mala descripción del cargo en la oferta? ¿El ambiente laboral es hostil o complejo para un nuevo integrante?
Hacerse este tipo de cuestionamientos será de gran utilidad para optimizar procesos, reestructurar, y brindar más bienestar a los colaboradores en general. Al final, la clave es ajustar lo que se requieran para prevenir que la situación de abandono se repita.
¿Por qué se presenta el ghosting laboral?
En el caso de un cliente que abandona la relación comercial puede ser un genuino desinterés, pero también una victoria de la competencia. En el caso de un candidato puede ser una mejor oportunidad, o de un reclutador exceso de trabajo que no le da tiempo de enviar un agradecimiento al candidato descartado. Y estos son solo suposiciones, porque los motivos para que ocurra el ghosting laboral son muchos.
Lo cierto es que esta mala práctica, que se da con más frecuencia en los jóvenes (centenials y millenials), es reflejo de la incapacidad de afrontar situaciones incómodas y la imposibilidad de expresar una negativa de forma directa.
No está de más evaluar si efectivamente hubo alguna acción de tu parte que pudo provocarlo. Sin embargo, una de las características del ghosting es que ocurre sin causa evidente. Así que ese no debe ser motivo de preocupación.
Descubre: Cómo identificar un trabajo tóxico desde la entrevista
¿Cómo evitar el ghosting laboral?
Evitarlo 100 % es tarea imposible. Ya hemos dejado claro que no hay una causa puntal y se debe a una decisión particular de cada persona. En consecuencia, es difícil encontrar puntos de mejora o una acción correctiva efectiva. Sin embargo, las siguientes ideas te ayudarán a lidiar mejor con estos casos tan incómodos:
Expresa tu preocupación
A pesar de lo molesto que es sentirte ignorado, existe la posibilidad de que para la otra persona realmente sea imposible responderte, por una causa de fuerza mayor. Antes de considerar que te hicieron ghosting, pregunta si pasa algo y muestra tu preocupación por la otra persona. Si usas las palabras correctas y se siente genuina tu inquietud, puedes conseguir reactivar la relación o al menos una respuesta.
Pon fechas
Delimita el tiempo para retomar la conversación. Esto funciona en la mayoría de los casos. Acordar dar o recibir una respuesta en un tiempo determinado, te ofrece un parámetro objetivo para saber qué esperar de la otra persona. Si el plazo se vence y el silencio se mantiene, podrías intentar un último acercamiento o dar por sentado que ya no hay más que hacer.
Sé directo
Pregunta con claridad “¿Estás interesado?”. Es la forma más certera de cerrar una relación, porque das la posibilidad de que te digan que no. Eso podría quitarle un peso a la otra persona. Así acabarás con la incertidumbre o la ilusión de que en algún momento aparecerá de nuevo.
Forja una comunicación efectiva
Si desde el primer momento hay claridad en la comunicación, evita espacio para las malinterpretaciones. Exprésate con transparencia y francesa, y da la oportunidad para que la otra parte también lo haga.
No lo hagas personal
Las dinámicas laborales se desarrollan entre personas, pero no dejan nunca de ser asuntos de trabajo. No asumas el ghosting laboral como un ataque contra ti, y tampoco te culpes por que ocurrió.
Aprende a decir y escuchar no
A nadie le gustan las negativas, nadie quiere herir los sentimientos de la otra persona rechazándola. Sin embargo, la vida está hecha de esos momentos adversos. Hay que aceptarlo. La solución no es desaparecer, tampoco será posible hacerlo siempre. Es necesario aprender a enfrentar las situaciones difíciles de la vida. Eso es crecimiento personal. Además, ¿no es más irrespetuoso e hiriente ignorar al otro?
El ghosting laboral es un acto desconsiderado
Si no te ha ocurrido, es muy probable que conozcas a alguien que le haya pasado. También puede pasar que lo hayas hecho tú (a lo mejor sin percatarte). De cualquier forma, lo claro es que el ghosting es una acción que refleja debilidades en la comunicación, es incómodo y es muestra de irrespeto y falta de profesionalismo.
La intensión de evitar confrontar una situación no deseada, culmina en un perjuicio para otra persona o empresa. Lo correcto es estar alerta para no ser víctima de esta tendencia, y tampoco incurrir en ella.