Llega el fin de semana, terminas todas las asignaciones que tenías pendientes a las 6:00 p.m. Apagas el computador y vas a la cocina por algunos snacks para disfrutar una película en la comodidad de tu sofá. Cuando está a punto de comenzar, recibes una notificación en tu teléfono y la revisas con temor. Tus sospechas son ciertas, es tu jefe adicto al trabajo que, una vez más, te escribe para solicitar un informe.
Te levantas del mueble enfadado, prendes tu equipo de nuevo y empiezas a redactar. Tus ideas no fluyen como quisieras, ya que estás exhausto. Excediste tu horario laboral de lunes a viernes para poder descansar esa noche. Sientes deseos de hablar con el gerente de Recursos Humanos, expresarle tu molestia, pero no lo haces porque, al mismo tiempo, sientes miedo de perder tu trabajo si te quejas por esa situación.
A todos nos ha pasado esta situación al menos una vez en la vida profesional. Es por ello que hoy te daremos 10 tips para lidiar con un jefe adicto al trabajo, para que los pongas en práctica y puedas llevar una vida laboral más sana.
Consecuencias de tener un jefe adicto al trabajo
Lidiar con jefes Workaholics puede llegar a afectar tu salud, pues como lo indica un trabajo académico de la Universidad de Cataluña en España, la dependencia al trabajo puede ocasionar consecuencias negativas de diversa índole para el empleado, como las siguientes:
- Psicosociales: ansiedad, conductas compulsivas, aislamiento social.
- Organizacionales: caída del rendimiento, conflictos sociales, etc.
- Extraorganizacionales: divorcios, problemas familiares, disminución de la actividad en redes sociales, entre otros.
Consejos para lidiar con un jefe workaholic
No permitas que la presión y ansiedad te pasen factura, hay maneras de llevar una relación laboral equilibrada con este tipo de jefes. A continuación te ofrecemos 10 tips que puedes poner en práctica para lograrlo:
1. Acepta que tienes un jefe adicto al trabajo
Sí, este es el primer paso, reconocer que tienes un jefe workaholic y que tu batalla no consiste en cambiar su comportamiento, sino en buscar la forma de empatizar con su estilo. Es decir, establecer un código que te permita encontrar maneras para que todas las actividades fluyan, sin tener que desperdiciar tiempo en discusiones que no llegarán a ningún lado.
2. Reconoce tu estilo
Tu valía en la organización depende de los aportes que hagas desde tu área de conocimiento, no del tiempo que inviertas desempeñando tus tareas.
Por lo tanto, si ya aceptaste que tienes un jefe workaholic, también debes tener presente que tú eres un buen empleado, aunque no trabajes 80 horas a la semana y te disguste responder correos fuera de tu horario laboral. Tú estás dando el 100 % y eso es lo que importa.
3. Establece límites
Si estás dando todo tu esfuerzo y aun así, tu jefe busca la forma de ocupar parte de tu tiempo libre para que lleves a cabo una función, es necesario que establezcas ciertos límites.
Esto no significa que nunca debas quedarte un par de horas más luego de finalizar una jornada, o de pronto trabajar un sábado para terminar el proyecto de uno de los clientes consentidos de la empresa. Lo que no debe ocurrir es que esto se vuelva costumbre y que todos los fines de semana te llamen para solicitar apoyo especial.
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4. Respeta los límites
Si lograste un acuerdo y sigues recibiendo mensajes los viernes en la noche, cuando te dispones a despejar tu mente tras una larga jornada, es importante que le recuerdes cuál fue el compromiso adquirido entre ambas partes. Acabar con viejos hábitos es algo que lleva tiempo, por lo que dependerá de ti aceptar esas actividades o decir: “disculpa, esta vez no puedo hacerlo”.
Decir “no” sin culpa te ayudará a gestionar las emociones, pues es probable que en más de una ocasión en la que dijeras “sí” para quedar bien, terminabas asumiendo una carga adicional que te generó un desgaste físico y mental.
5. Comunícate
¿Te ha pasado por la mente la necesidad de conversar con tu supervisor sobre un tema que te incomoda? ¿Has evitado esa charla porque sientes temor? Ellos son personas como cualquier otra. No te cohíbas de poner sobre la mesa las cosas que te molestan.
Haz una lista de cuáles son, propicia un encuentro y coméntalas con claridad. Quizás él no sepa de tu malestar porque está tan involucrado en sus responsabilidades que desconoce que sus empleados tienen una vida personal fuera de la organización.
6. Busca soluciones
Cuando estén reunidos, aprovecha la ocasión para manifestarle cuáles son los puntos que consideras que se deben atender para mejorar los procesos en la organización y conseguir una solución efectiva que los satisfaga a los dos.
¿Es el horario el tema que te disgusta? Comprométete a responder a primera hora del día siguiente esos correos urgentes, antes de enfocar tu mente en otra cosa.
7. Practica un deporte
Otro de los consejos que puedes aplicar cuando coincidas con un jefe adicto al trabajo, es practicar un deporte o una actividad física que te permita drenar el estrés. Si es posible, contempla la posibilidad de incluirlo para mejorar la relación.
Una buena forma de hacerlo es a través de la bailoterapia. Establezcan una hora en la que todos puedan reunirse y participar en estas dinámicas.
8. No aplaudas la conducta de tu supervisor
Muchas veces, para tratar de simpatizar con nuestro supervisor, tendemos a elogiar ciertos comportamientos. Si estos tienen que ver con exceso de trabajo, lo mejor es evitar aplaudirlo, pues si lo alabamos por haberse quedado despierto toda la noche para terminar la presentación de un cliente, por ejemplo, le estamos enviando el mensaje de que admiramos esa forma de trabajar.
9. Enfócate en lo positivo
Aunque no lo creas, un jefe adicto al trabajo también puede realizarte grandes aportes. No te centres solo en la parte negativa y aprovecha el tiempo que compartan para nutrirte de sus conocimientos y crecer como profesional. Esa puede ser una oportunidad para que te considere en futuros ascensos. Eso sí, debes estar consciente de que es muy probable que te toque estar activo en horas extras.
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10. Marca distancia
Si haces todo lo posible por cubrir las expectativas: te quedas más tiempo de lo debido, participas en varios proyectos a la vez y cumples con todas tus asignaciones, pero nunca es suficiente para tus superiores porque siempre exigen más, evalúa hasta qué punto es conveniente que permanezcas allí.
A veces nos entregamos al 100 % sin darnos cuenta de que en ese lugar no hay opciones para nuestro crecimiento, ese es el momento de plantearnos la idea de explorar nuevos horizontes en otra empresa.
Lidia con un jefe adicto al trabajo: ¡busca un equilibrio!
Tu felicidad siempre será lo más importante. Puedes tener un jefe adicto al trabajo y aprender a convivir con él usando las recomendaciones que te hemos compartido contigo a lo largo del artículo. La otra opción, si el estrés empieza a afectarte cuando tu supervisor y Recursos Humanos ignoran tus inquietudes, es comenzar a buscar un nuevo empleo.
No permitas que situaciones tóxicas te perturben. ¡Busca siempre la mejor solución para ti!
