En pocas palabras, un mapa mental es una herramienta que permite representar de manera gráfica el desarrollo de una idea, a través de la conexión con conceptos relacionados. Basados en esta breve definición, utilizar un mapa mental para la comunicación suena interesante, ¿no te parece? Resulta que este recurso facilita la transmisión y recepción de mensajes, ya que nos ayuda a expresar con mayor claridad y orden, en especial en entornos laborales y académicos.
La comunicación es un proceso que muchas veces se toma a la ligera, quizás por ser algo tan natural en nuestro relacionamiento con otras personas y el entorno. Sin embargo, la mala comunicación genera rupturas en parejas, fracasos en negociaciones, problemas entre colegas, y tantos malentendidos como queramos imaginarnos. Por eso, fortalecer nuestras habilidades comunicativas es una tarea que todos deberíamos asumir con conciencia. Aplicar la metodología de mapas mentales puede ser un primer paso.
Antes de entrar en materia, haremos la salvedad de que esta herramienta no es para un uso cotidiano y permanente, sino estratégico y eventual. Es decir, no te estamos invitando a hacer mapas mentales cada que hables, ni a diagramar todo lo que quieras expresar en tu vida diaria. Eso, en realidad, tendría el efecto contrario y te enredaría la cabeza. Debes saber cuando usarla: por ejemplo, es útil para exponer un proyecto, hacer un pitch en tu búsqueda de empleo, dictar una capacitación o charla, entre otras.
¿Qué es un mapa mental?
Un mapa mental es un diagrama que presenta información de manera estructurada, combinando imágenes, gráficos y texto. La estructura parte de un tema o concepto principal, del cual se desglosan ideas relacionadas en diferentes niveles de relevancia y pertinencia. No existe una única forma de hacer el diagrama. Este podría ser circular, ramificado, escalonado o como mejor se representen las ideas según las conexiones que se puedan encontrar.
Si bien el uso más común de los mapas mentales es reunir y organizar la información, lo importante es que el resultado sea comprensible para cualquier persona. Dicho esto, ¿te parecería muy descabellado considerar que un mapa mental es una forma de comunicar? Es una metodología para procesar datos, transformarlos en un elemento visual y transmitirlos a otras personas.
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¿Cómo hacer un mapa mental para comunicarte mejor?
Acá te presentamos las pautas generales para garantizar que el diagrama final de tu mapa mental cumpla con su función de ser comprensible para cualquier persona.
Siempre ten en mente la síntesis
No olvides que un mapa mental es una herramienta visual, y por eso debes reducir el texto lo más posible, limitándolo a las palabras clave e ideas centrales. De hecho, si consigues representar con imágenes dichas ideas, mucho mejor.
Reúne lo necesario
El diagrama se construye a partir de casillas que vas diligenciando con las palabras clave y líneas que las conectan entre sí, de acuerdo a las asociaciones que surjan. Por eso, sugerimos trabajar en una hoja blanca que no limite tu creatividad y te de libertad para hacer tantas conexiones como necesites.
Comienza con la idea principal
El asunto a desarrollar en el mapa mental, debes escribirlo en el centro de la hoja. Nuestra recomendación es que utilices un distintivo, puede ser letra de tamaño grande o mayúscula, para no perderla de vista. El mapa mental puede ser tan largo o tan corto como lo requieras, y el foco de inicio debe ser siempre visible, para poder reconocer jerarquías en la información.
Continúa ramificando las ideas secundarias
Conecta con líneas la información complementaría. Por ejemplo, si tu tema central fuera el “cuidado de las mascotas” (esta frase iría en el centro de tu hoja), podrías comenzar a desglosar en casillas los temas relacionados: alimentación, limpieza, entorno (cada una de estas ideas escrita en una casilla independiente). Luego, conéctalas con trazos, que indicarán de dónde proviene el asunto y si se enlaza o deriva con otros. Y repite el proceso hasta que toda la información quede plasmada en tu hoja.
Analizar y avanzar con calma
Un mapa mental para la comunicación, no es una lluvia de ideas. Es dar un paso más allá, porque se realiza en un punto donde ya se conoce lo que se quiere transmitir. Por eso, no se deben poner todas las ideas de manera desprevenida en el orden en que van llegando. La lógica del mapa mental indica que las casillas más alejadas de la idea principal, son las menos pertinentes. En consecuencia, hay que analizarlas y organizarlas con calma para dar claridad en los niveles de importancia.
Genera recordación con recursos gráficos
Esto no es una camisa de fuerza, pero sí puede ser un aporte importante en la construcción de un mapa mental: las formas, los colores, las imágenes, las tipografías y, en general, los recursos gráficos facilitan la interpretación del diagrama. Además aportan a la recordación de los puntos clave.
¿Por qué comunicar a través de un mapa mental?
El poder comunicativo de los mapas mentales es incuestionable. Para terminar, mencionaremos algunas de sus principales ventajas:
- Es una herramienta dinámica y sencilla de implementar, ya que no requiere recursos ni conocimientos especiales. Aunque también podrías apoyarte e alguna aplicación como Mind Meister para hacerlo de manera más rápida o colaborativa.
- Por basarse en un ejercicio de síntesis, permite condensar grandes cantidades de información sin abrumar con detalles y haciendo énfasis en los mensajes más importantes.
- Facilita la comprensión y el aprendizaje. Los procesos de aprendizaje apoyados en ayudas visuales suelen ser más efectivos. Ese es el efecto de los mapas mentales, ya que justamente transforman la información en ayudas visuales.
- Facilita la toma de decisiones. Tener el panorama completo de un asunto determinado plasmado en un solo plano, ayuda a no perder de vista variables, conexiones u opciones que interfieran en la toma de decisiones.
- Da estructura. Un mapa mental para la comunicación puede ser el punto de partida o de llegada. En cualquier caso, es una guía que contribuye a exponer un tema o proyecto con orden o que da pauta para la estructuración de otros documentos o actividades derivadas.
En definitiva, los mapas mentales son una ayuda metodológica para obtener mejores resultados en los procesos de comunicación. Entre más te habitúes a utilizarlos, mejores diagramas desarrollarás y los mensajes que transmitas tendrán más impacto. Notarás que puedes expresarte mejor, ser más concreto, estimularás tu memoria y conseguirás una comunicación más efectiva.
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