Cuando tenemos que hacer muchas cosas diferentes en un día, a veces no sabemos por dónde empezar. Seguro que a ti también te pasa sentarte frente a la computadora y decir: ¿Con qué arranco hoy? La técnica “cómete esa rana” te servirá para responder esa pregunta.
A veces preferimos empezar por lo que más nos gusta y vamos posponiendo lo más difícil o lo menos atractivo. La técnica “cómete esa rana” dice que hay que hacer lo opuesto. Se basa en la idea de comenzar con la tarea más difícil o desagradable de la lista de tareas diarias. Se supone que una vez que se completa esa tarea, el resto del día se siente más fácil y productivo. Tiene sentido, ¿no?
Su nombre, tan extraño como metafórico, se refiere a la idea de que así como en una situación extrema, uno se ve obligado a comer una rana para sobrevivir, también debe enfrentar y completar la tarea más difícil para poder seguir adelante con el día. Veamos cómo funciona.
¿Por qué funciona la técnica “cómete esa rana”?
El creador de esta técnica es Brian Tracy, autor y orador motivacional, quien la explica en su libro “Eat That Frog! 21 Great Ways to Stop Procrastinating and Get More Done in Less Time” (¡Cómete esa rana! 21 formas geniales de dejar de posponer y hacer más en menos tiempo).
Brian dice que las tareas más difíciles y desagradables deben realizarse a primera hora del día, al inicio de la semana o del mes. Es decir, hay que darles prioridad, sacárselas de encima lo más rápido posible.
El autor explica que si hacemos eso, sentimos una inercia positiva que nos llevará a continuar trabajando y será más fácil completar luego las tareas más simples. Si pudimos terminar lo que más miedo nos daba, el resto parecerá fácil y lo haremos más motivados.
Ventajas de la técnica “cómete esa rana”
Aunque te hemos dado algunos guiños sobre las ventajas de esta técnica, aquí te dejamos una lista:
- Aumenta la motivación intrínseca; es decir, aquella en la ejecución de la tarea es la recompensa.
- Permite aprovechar los momentos de mayor productividad. Las primeras horas del día y el inicio de la semana son los momentos en que somos más productivos, ya que el cerebro ha descansado. Ahora bien, hay que tener en cuenta que esto puede ser diferente para algunas personas, ya que hay factores como el ritmo circadiano y los patrones de sueño que también influyen para determinar en qué momento del día somos más productivos.
- Ayuda a concentrarse con todos los sentidos en la tarea más compleja. Si logramos poner nuestra completa atención en una sola actividad, podemos ser más eficientes y obtener mejores resultados.
Te recomiendo leer qué es el deep work, otra excelente técnica para aumentar la productividad.
¿Cómo identificar la tarea que es la rana?
Para poder llevar a cabo la técnica “cómete esa rana”, es necesario identificar la tarea con la que hay que comenzar, es decir la rana. Entonces lo primero que hay que hacer es un listado de tareas. Una vez que sabemos todas las tareas que tenemos pendientes comenzaremos el proceso para identificar con cuál comenzar. Estas son algunas características que tienen las tareas más complejas:
- Impacto: Tienen un efecto directo sobre otros miembros del equipo o de la organización. La haces tú, pero afecta a compañeros, o a tu jefe o a los clientes. O a todos.
- Demora: Terminarlas lleva entre una y cuatro horas. Si calculamos que terminar una tarea compleja nos va a llevar más de 4 horas, deberíamos subdividirla en actividades más pequeñas. Eso nos facilitará su gestión y nos mantendrá motivados. Imagínate el impacto mental que tiene arrancar el día pensando que tendrás que hacer una tarea que te llevará 8 horas. Seguro que es más tranquilizador tener 4 tareas de 2 horas, ¿cierto?
- Resistencia: Estas tareas suelen provocar resistencia. Si al leer la tarea dentro de la lista de tareas sientes deseo de postergarla, entonces probablemente hayas encontrado tu rana.
- Duración del impacto: Tienen efecto en el largo plazo. Por lo general, más allá de cuánto demoremos en completarla, la tarea tendrá un impacto de varias semanas o meses en la organización o en los involucrados. Es decir, que estas tareas suelen ser importantes, no urgentes.
¿Cómo poner en práctica la técnica?
Una vez que hicimos la lista de tareas y subtareas e identificamos cuál es la tarea más compleja, es hora de ponerse manos a la obra. Una de las claves es no programar más de una tarea compleja en una misma jornada laboral.
Otra clave que recomiendan los expertos es no programar las tareas complejas con demasiada anticipación, porque tener eso en mente podría contaminar nuestro proceso cognitivo y resultar desmotivador. Entonces lo que puedes hacer es planificar las actividades a realizar durante el final de la jornada laboral, así sabrás con qué actividad tienes que comenzar el día siguiente. De esta forma al otro día todavía tendrás fresca la idea de qué tienes que hacer y por qué esa tarea es importante. Así cuando empiece tu jornada estarás concentrado solo en esa tarea.
Otro consejo es que antes de comenzar con la tarea te tomes un tiempo de preparación. Por ejemplo, unos minutos para prender la computadora, abrir los programas que necesitas, buscar toda la información necesaria para comenzar, entre otros. Una vez que tienes todo y está todo ordenado, sí puedes comenzar con esa tarea que se supone es la más difícil del día.
Será importante que conviertas esta técnica en un hábito. Si la pones en práctica todos los días, te acostumbrarás a usarla y podrás ver que tu productividad aumenta, ya que esta técnica te ayuda a dejar de procrastinar y establecer prioridades.
Practica y aumenta tu productividad
Recuerda que no existen fórmulas mágicas para ser más productivo. Esta técnica, como otras, te propone una forma esquemática de trabajo. Te permite establecer prioridades de una forma que te ayude a estar motivado al terminar una tarea compleja al comenzar la jornada, ya que el resto del día lo tendrás libre para hacer tareas más fáciles o que te gustan más.
Pero “cómete esa rana” solo te ayudará a ser más productivo si eres consistente en su práctica y si logras transformarla en un hábito. ¿Conocías esta técnica?
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