¿Te sientes más agotado de lo normal después de una videollamada? A pesar de que aún no se trata de un diagnóstico formal, la llamada fatiga de Zoom es real. Investigaciones publicadas en Computers in Human Behavior Reports y Journal of Applied Psychology sugieren que la frecuencia y la duración de las reuniones virtuales pueden incrementar los niveles de cansancio. Te mostramos qué síntomas puedes experimentar y cómo evitarla.
Síntomas comunes de la “fatiga de Zoom”
Los síntomas de la “fatiga de Zoom” se consideran similares a los del agotamiento laboral (apatía, falta de energía, problemas de concentración, entre otros). Sin embargo, estos suelen afectar al estado general de cansancio y, como su nombre lo indica, están vinculados a asistir de forma excesiva a videoconferencias. Algunos de ellos son los siguientes:
- Agotamiento entre videollamadas.
- Fatiga superior a lo que se acostumbra al final de la jornada.
- Estar distraído e inquieto durante las videoconferencias.
- Comer y sudar en exceso mientras se realiza la reunión.
- Fatiga o irritación ocular.
- Dolor de cabeza persistente.
- Ansiedad por tener que prender la cámara.
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¿Por qué las reuniones virtuales resultan tan agotadoras?
Según un estudio publicado en la revista Technology, Mind, and Behavior, existen varios aspectos de las videollamadas que provocan cansancio. Los más comunes incluyen:
- Demasiado contacto visual. Durante una reunión virtual no solo ves varias caras a la vez, sino que también te ves a ti mismo, lo que resulta poco natural y agotador.
- El cerebro tiene que trabajar más duro para leer expresiones faciales y decodificar el mensaje. La comunicación se complica cuando lo único que se observa de una persona es el rostro y los hombros. Esto se debe a que a través de la computadora, se pierden muchas señales del lenguaje corporal que permiten descifrar el mensaje y las emociones del emisor.
- La inactividad física. Es bien sabido que el sedentarismo puede causar un estado de fatiga continua.
- La tendencia a hacer varias cosas a la vez. Cuando se trabaja de forma remota, es común incurrir en el multitasking mientras se asiste a una videoconferencia, lo que también puede agotar al cerebro.
- Estar en un constante estado de alerta. Algunas empresas esperan que sus teletrabajadores siempre estén listos para asistir a una reunión virtual, lo que les coloca una enorme presión. Así mismo, establecen condiciones como que se encuentren vestidos como si se tratase de la oficina, o no hacer videollamadas en el dormitorio.
- Las interferencias del hogar. Ya sea uno de los niños llorando, el perro ladrando o la música del vecino, es extenuante tener que ir de allá para acá buscando un lugar en el que puedas realizar la videollamada.
¿Cómo evitar la “fatiga de Zoom”?
Las reuniones virtuales llegaron para quedarse. Por ello, se hace necesario tomar algunas medidas para que la “fatiga por Zoom” no reduzca tu rendimiento laboral. Estas son algunas de las más recomendadas.
Deja de verte a ti y a los demás
Ver tanto tu rostro como el de otras personas durante largos periodos de tiempo causa agotamiento e irrita los ojos. Se recomienda configurar la videoconferencia para que no puedas verte. En Zoom, por ejemplo, puedes hacerlo seleccionando la opción “Ocultar vista propia”.
Así mismo, puedes minimizar la plataforma. De este modo, escuchas lo que se dice en la reunión virtual, pero no te ves ni a ti ni a los demás.
Intenta que las llamadas sean temprano
De acuerdo a la investigación publicada en Journal of Applied Psychology, las personas que tenían videollamadas programadas para las últimas horas del día se sentían más cansadas. En ese sentido, procura que estas sean temprano. Eso sí, ten en cuenta que hay casos en que por la diferencia horaria es imposible, o si se trata de una reunión de emergencia.
Presiona el botón de silencio
Si algo aprendimos con las videoconferencias, es que es preferible que alguien te recuerde que estás en silencio, a que se escuche todo el caos que hay en tu casa o vecindario. El estudio publicado en Journal of Applied Psychology también sugiere que utilizar el botón de silencio evita que estés en constante alerta de lo que está sucediendo a tu alrededor y que esto no se escuche, lo que resulta en una menor sensación de cansancio.
Sugiere que haya días sin videollamadas
Es un hecho que las reuniones virtuales pueden resultar extenuantes. Por ello, considera sugerirle a tu superior que se instaure un día sin Zoom. Si crees que no escucharán la propuesta de un solo empleado, asegúrate de hablar con tus compañeros sobre este tema, conocer su opinión y si están de acuerdo con la idea.
Otros consejos para evitar la “fatiga de Zoom”
Además de lo anterior, ten en cuenta que existen otros consejos que pueden ayudarte a lidiar con este agotamiento. Estos incluyen:
- Dejar pasar entre 10 a 15 minutos entre reuniones.
- Utiliza audífonos (de preferencia inalámbricos).
- Transmite la información por otros canales, ya sea el correo electrónico u otras plataformas como Slack.
- Si puedes, apaga la cámara, levántate y camina por la habitación. Este movimiento, además de darte un poco de energía, te permite descansar los ojos y el cerebro del computador.
- Establece una buena relación con los colegas. De este modo, entrarás con mejor ánimo a las reuniones y terminarás menos agotado.
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Ahora que ya sabes cómo hacer las videollamadas menos agotadoras, ¿estás listo para deshacerte de la fatiga que te invade? Pon en práctica estos consejos y verás como dejas de sentirte tanto cansancio.