¿Cuál es la primera idea que tienes al pensar en marca? ¿Logo? ¿Colores? Lo aceptaremos, pero hay algo más a fondo que las personas no suelen pensar de inmediato. Está ahí como la primera sensación y se antepone a la idea misma, es la perspectiva psicológica-emocional de una imagen corporativa, también conocida como imagen de marca.
La imagen corporativa a pesar de ser una extensión visible de la empresa, también es responsable de la impresión que deja en sus clientes. Tener una marca no es solo pensar en un logo atrayente, sino en un impacto no deseado. Aquí algunos tips a tener en cuenta para una buena imagen empresarial.
1. Asegúrate de plasmar la esencia de la empresa
Cuando dedicas mucho tiempo en explicarle a tus clientes de qué se encarga tu empresa, es sinónimo de que tu marca no está reflejando con eficiencia el sentido de la compañía. El primer secreto a voces es procurar que tu logotipo y eslogan proporcionen de forma simple, información de los productos o servicios que ofreces.
¡Tengo un logotipo genial y atractivo, con gráficos estupendos! Perfecto, pero el asunto más importante es ¿este cuenta una historia? Si no es así, entonces con tristeza debes desecharlo.
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2. Procura que sea fácil de comprender
Ponte de lado del cliente objetivo, ¿tu imagen corporativa es fácil de entender? O por el contrario debes hacerte más preguntas para llegar a comprenderlo. ¿Sabes cuál es el futuro de una marca sin significado claro? Es una empresa que apunta al fracaso, es como estar construyendo una sima en vez de una cima. ¡Esto es impensable!
Apunta a algo sencillo, ten presente que demasiadas palabras pueden hacerte perder el concepto. Solo ten presente que lo sencillo no limita la creatividad, recuerda que aquello creativo debe representar significado y que permita una fácil comprensión.
3. Permite que la imagen corporativa cuente una historia
Una buena imagen corporativa es aquella que sabe conectar con las emociones de sus consumidores. Una de las más efectivas es incorporar una historia. Tanto el eslogan como el logotipo deben contar un relato, un mensaje claro que ayude a los clientes a identificar y comprender los pilares de la empresa.
4. Piensa como el cliente
Para ello, primero debes definir a qué consumidor va dirigido tu imagen corporativa. Pensar como cliente para desarrollar tu marca podría serte escalar más rápido y cometer menos errores que solo enfocarse en la idea de crear la marca sin tomar en cuenta al perfil más importante ¡ya sabes cuál es! No tengo que decirlo.
5. Responde “¿por qué estás haciendo esto?”
¡Para ganar dinero! Sí, es una buena razón motivadora, sin embargo, no es un argumento muy atractivo para el consumidor, es posible que lo único que consigamos de este sea un ¡ajá! Y no queremos esto.
Por lo que la pregunta correcta en este caso es ¿cómo se beneficiaría el cliente con lo que ofrezco? Tus bases deben responder para quién y por qué deberían elegirte.
6. Busca un diseño a largo plazo
¿Sabes qué es un diseño exitoso? Bueno, esta pregunta tiene muchas aristas, pero considera que ganarías muchas batallas si tu imagen corporativa no parece anticuada al pasar unos años. Nadie crea una empresa para que muera unos años, quieres que se mantenga, entonces empieza por apuntar un diseño que supere lo moderno y las tendencias.
7. Implementa el principio ROI
Para que un cliente vea una marca irresistible esta debe ser original, impactante y relevante. Una imagen corporativa tendrá que poseer grandes dosis de creatividad e implementar los estándares de ROI será la fórmula perfecta para alentar a los consumidores a seguirnos.
8. Crea un nombre que los clientes puedan recordar
¿Cómo es que era el nombre de la empresa? Era algo así como… Muchas marcas no tienen en cuenta los potenciales clientes que pierden porque estos no recuerdan bien el nombre, lo escriben mal y por ello no logra aparecer en los resultados de búsqueda. ¿Cómo se evita? Simple, un nombre fácil de recordar o deletrear, corto y pegadizo sería genial.
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Una buena imagen corporativa no es fácil de crear, se requiere análisis, esfuerzo y autenticidad para conquistar la perspectiva psicológica-emocional de los consumidores. ¿Cuál es el mayor secreto? Mantener siempre en la mira de cómo piensa un cliente, tus clientes.