Si tomaste la decisión de irte, es porque tienes tus motivos. Sin embargo, renunciar a tu trabajo nunca es fácil, genera ansiedad y estrés. Te preguntas «¿cómo se los digo?», y «¿cuándo es el mejor momento para hacerlo?». Piensas si podrías mantener la relación o dejar la puerta abierta.
Esta es una de esas ocasiones en la que prefieres elegir lo que más te conviene, es decir, renunciar. Sin embargo, esto no quiere decir que no te importe cómo termine la relación, ya que deseas dejar esa puerta abierta como un plan B por si el nuevo trabajo resulta ser peor que el que tienes ahora (suele suceder). Entonces, volvemos a la pregunta importante, cómo renuncio con elegancia, aquí unos «tips» que te ayudarán.
1. Comunícale la decisión a tu jefe directo
Una vez que la decisión esté tomada, la primera persona que debería enterarse en la empresa debería ser tu supervisor directo. Si se enterara por alguien más, la relación se podría tornar tensa y podría complicarte la salida de alguna forma. Claro que si decides irte por un problema grave que tuviste con él, por ejemplo hubo una situación de violencia o acoso, no podrás dirigirte a él. En ese caso lo más recomendable es hablar con Recursos Humanos y notificar tu renuncia.
Si esto te pone nervioso, podrías primero escribir el discurso que le darás a tu jefe. Explica que recibiste una oferta laboral que te permitirá crecer y que debes aprovecharla. O que es el cambio que esperabas para redireccionar tu carrera. También puedes mencionar lo agradecido que estás por lo que aprendiste y que sin duda es una experiencia que valorarás. Practica qué y cómo lo dirás, así podrás decirlo corrido y sin interrupciones. Sentirte preparado, te dará seguridad a la hora de comunicar tu salida.
Hablar de forma abierta con tu jefe hará que las cosas sean más fáciles para ambas partes. A él le servirá para tener en claro cuándo te vas y planificar el proceso de reemplazo. Y si tú necesitas algún tiempo para acomodarte a tu futuro trabajo, por ejemplo necesitas hacer algún trámite, él podría estar dispuesto a darte el tiempo libre que necesitas. Además, esta comunicación abierta podría servir para que ambos den y reciban «feedback» del otro.
2. Avísale a tus compañeros
Una vez que hables con tu jefe, puedes contarles la noticia a tus compañeros. Esto evitará rumores y chismes. Claro que si tienes un compañero de mucha confianza podrías hablar con él antes para pedirle consejos, pero es fundamental que no haga correr la noticia si todavía no estás seguro o si todavía no le dijiste a tu jefe.
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3. Haz saber tu decisión con anticipación
En muchos países existe un período legal que especifica con cuántos días de anticipación hay que notificar a la empresa. Pero más allá de lo que diga la ley, es bueno darle tiempo suficiente a la empresa para que encuentre un reemplazo. Y mejor todavía si pueden contratar a la persona y tú puedes compartir unos días con ella para darle una inducción en el puesto y una breve capacitación.
Por eso el plazo mínimo recomendable es de dos semanas. Avisar con tiempo es un paso crucial para renunciar a tu trabajo sin quedar mal.
4. Realiza una notificación legal
Sin importar cómo se lo hayas avisado a tu jefe, debes cumplir con requisitos legales. Esto puede cambiar de un país a otro. En el caso de Argentina se debe ir al Correo Argentino y avisar que quieres despachar un telegrama de renuncia. Se trata de un documento con un formato estándar en el que tienes que completar datos básicos para notificar que a partir de tal día dejarás de cumplir con tus tareas en la empresa.
En otros países no hace falta que sea un telegrama oficial y alcanza con llevar una nota escrita a la empresa y que ellos se den por notificados. Así que sería bueno que antes de renunciar averiguaras cuál es el proceso legal a seguir en tu país.
5. Mantente positivo
Desde que comuniques tu salida hasta el último minuto debes recordar que el objetivo es renunciar a tu trabajo sin quedar mal. Esto implica mantener una actitud positiva hacia la empresa en la que estuviste trabajando. Mantén una relación cortés con tus jefes y compañeros. Si son muy cercanos hasta podrían organizar una fiesta de despedida.
También es una buena práctica agradecer la oportunidad que te dieron y todo lo que aprendiste durante tu tiempo allí. Esto puedes hacerlo en una charla personal o enviándoles un «email» a quienes corresponda.
6. Sigue con tu trabajo
Si te estás preguntando cómo renunciar a tu trabajo sin quedar mal es porque te interesa dejar una buena impresión y que las puertas queden abiertas por si en algún momento te interesa regresar a la empresa. Entonces sigue realizando tus tareas como si no fueran tus últimos días. Cumple con todas tus obligaciones de la misma forma que lo hiciste siempre.
Esto también puede implicar entrenar a tu reemplazo. Así que si puedes, escribe un manual con instrucciones de cómo debe realizar tu trabajo. Déjale anotadas las contraseñas de las herramientas que tenga que usar, el listado de «links» de páginas que tendrá que usar, dale tu agenda de contactos, etc. Mientras más fácil le resulte a tu reemplazante la transición, más agradecidos estarán contigo por el trabajo hecho.
Ten en mente que lo que hagas mal tendrán que arreglarlo tus compañeros luego de que te vayas, o que un error podría costarle mucho dinero a la empresa, y de esa forma te estarías cerrando las puertas para siempre.
7. Elimina toda información personal
Más allá de la colaboración que le des a tu reemplazo y la información que le des, no deberías dejar información personal en tu computadora. Por ejemplo, si hay contraseñas a cuentas bancarias o redes sociales personales, tienes que borrarlas. Lo mismo con documentos personales. Algo que puedes hacer es una copia de los contactos si es que crees que podrían servirte en el futuro.
8. Revisa tu contrato
Si la relación está terminando con algunos problemas, asesórate con un profesional para asegurarte que tú estés cumpliendo con todos las cláusulas de tu contrato laboral. También para saber qué obligaciones tienen las partes en caso de renuncia y qué monto te corresponde cuando llegue tu liquidación final. Por ejemplo, en Argentina, cuando nos vamos de una empresa, además del sueldo correspondiente hasta el último día de trabajo, también corresponde cobrar las vacaciones no gozadas y el proporcional del aguinaldo.
9. Prepárate para una mala reacción
Si sabes que tu jefe es de los que reacciona mal o de los que toma todo como una ofensa personal, prepárate para su reacción. Entiende que el problema no es contigo, es su forma de ser. Sigue con tu actitud profesional, nunca pierdas de vista tus prioridades y no te dejes intimidar. En algún momento recapacitará y entenderá que hiciste lo mejor para ti. Y si no lo hace, será su problema.
¿Estás listo para renunciar a tu trabajo?
Estos fueron nuestros consejos de cómo renunciar a tu trabajo sin quedar mal. Aunque no es fácil, considera que una vez que lo comunicas, sientes un gran alivio y sabes que es el primer paso para dar un gran salto. Así que prepara tu discurso, elige un momento y notifícalo de la mejor forma posible. Mantente positivo hasta el último adiós y comienza a disfrutar de tu nueva etapa laboral.
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