Existen muchos motivos ¡reales! que nos hacen fantasear trabajar de forma remota. Para empezar, que en las mañanas nos convertimos en el Conejo Blanco de Alicia en el país de las maravillas, sosteniendo un reloj de bolsillo (en nuestro caso el teléfono) y gritando «¡Ay, Dios! ¡Ay, Dios! ¡Voy a llegar tarde!» y corremos como si no hubiera un mañana, todo porque debemos “llegar a tiempo” o no llegar más tarde, de lo tarde que es.
Bueno y ni hablar del tráfico o del retraso en el metro, o el de toparse de forma constante con aquel colega con el que tenemos que fingir que nos cae bien, todo para mantener la armonía laboral. ¡Ah, y en épocas de lluvia! Todos nos hemos empapado el traje alguna vez o esperado un poco más en la oficina a pesar de que ya hace varios minutos terminó la jornada, para no mojarnos. En fin, esta lista podría continuar.
Es cierto, no hay porqué mentir, el teletrabajo tiene sus grandes ventajas si nos dejamos llevar por argumentos negativos que empañan al trabajo tradicional. Pero la vida del nómada digital tampoco es rosa, es posible que te hubiera gustado saber antes lo que nadie dice de trabajar de forma remota. Aquí diremos algunas verdades, pero también cómo solucionarlo. ¡No hay que entrar en pánico!
Verdad #1: En ocasiones te sientes apartado
En casa tienes la compañía de Michi y Firulais y aunque sus travesuras nos hacen el día, estos no son muy conversadores. Digamos que, es posible que extrañemos las tertulias con nuestros colegas, tomar el café con los compañeros y las bromas de la oficina. Tendrás la sensación de que estás distanciado, que no te informas de todo lo que pueda estar ocurriendo en la empresa.
Por lo tanto, sí, podría ocurrir que te pierdas algunas actualizaciones importantes y ya que no cuentas con algún compañero que diga ¿no te enteraste? Entonces, en definitiva te sentirás alejado de la realidad. ¡De vez en cuando te harán falta las relaciones laborales!
¿Cómo puedo solucionarlo?
Asegúrate de mantener el contacto con tu equipo a través de una herramienta, por ejemplo, Slack. Estar activo en una red social donde se encuentran tus compañeros puede ayudar a aliviar la sensación de sentirte apartado.
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Verdad #2: Los contactos podrían ser más reducidos para un trabajador remoto
Esto es lo que nadie te dice cuando empiezas a trabajar de forma remota. Te pregunto ¿qué es lo importante tras relacionarnos? Que creamos contactos. Amigos que nos recomienden en un nuevo empleo, o alguien que nos comente que en tal lugar están solicitan un profesional como tú y este pensó en ti.
Puede que esto no ocurra cuando nuestra vida social se ve reducida a las cuatro paredes de la oficina de nuestra casa. Al trabajar de forma remota dependes en gran medida de las bolsas de trabajo, o se hace más difícil enterarse de las nuevas oportunidades de la compañía.
¿Cómo puedo solucionarlo?
¿Has escuchado de grupos Meetup para profesionales en tu campo? Averigua si hay alguno que se esté gestando cerca de tu ciudad, esto te ayudará a ampliar tus relaciones. También puedes buscar grupos en LinkedIn, algunos son muy buenos para unirse y sacar provecho.
Verdad #3: Ya no existe la jornada laboral
Suele suceder que cuando trabajas de forma remota el concepto de horario se esfumó en un mundo paralelo. ¿De qué hora a qué hora trabajas? En una oficina tradicional, ya estaba resuelto, de 9 a 5 de la tarde es el tiempo para realizar tus actividades, para hacer reuniones, y para que tu jefe te llame las veces que necesite. ¡Hay un horario establecido!
Eso podría variar siendo nómada digital. Por lo general, no tienes un solo cliente, cada uno te contactará en diferentes horas y más si entre ambos hay una gran brecha de huso horario.
¿Cómo puedo solucionarlo?
Puedes pensar que será difícil colocar un horario y ceñirse a este cuando la idea de no trabajar con clientes que se encuentra en diferentes partes del mundo, no está ni siquiera contemplado, perderías relaciones y oportunidades. Pero, para no cruzar la línea de adicción al trabajo, lo recomendable es que llegues a un acuerdo para que ambos puedan contactarse y que sea conveniente para ambos.
Siempre establece límites, no es muy bueno que te vean que estás disponible a cualquier hora y todos los días de la semana.
Verdad #4: Debes aprender a autodirigirte
Cuando trabajas para una empresas tienden a ver tus debilidades, y pagan un curso para que te perfecciones. Sin embargo, al trabajar de forma autónoma puede que se haga necesario autoevaluarse de forma constante y mantenerse al tanto de las novedades, para invertir tiempo en adquirir o perfeccionar habilidades.
¿Cómo puedo solucionarlo?
Es posible que ya la respuesta este en el párrafo anterior. Si trabajas por contrato, asegúrate de estar a la vanguardia. Sé un profesional relevante y competitivo. Pide feedback a tus clientes, busca invertir en cursos que vayan con tu profesión. Cuando eres un nómada digital, es fácil aislarse de las novedades si lo único que haces es cumplir con los encargos.
Verdad #5: Ser freelancer no es para todos
Quizás sea uno de los aspectos más relevantes que nadie te dice sobre trabajar de forma remota. Para ser freelancer se necesita de disciplina, autocontrol y aprender a separar la vida personal de la laboral. Puede haber diferentes afecciones relacionadas a la salud al no cumplir con aquellas características, empezando por el estrés.
La vida puede convertirse en un infierno si no sabes administrar el tiempo. Debes aprender a motivarte y a no caer en los juegos de las distracciones. Todo ahora dependerá de ti, sin un jefe que te obligue a estar alerta.
¿Cómo puedo solucionarlo?
Antes de dejar tu trabajo en la oficina y dedicarte a ser nómada digital, lo mejor es que hagas una prueba antes de renunciar. Para descubrir si podrás con el reto, ¡saber si esto es realmente para ti!, acepta uno que otro contrato de trabajo remoto y autoevalúate.
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Como todo en la vida, tiene sus pro y sus contras. ¿Existe algo en este mundo que se escape de esta regla? Lo que nadie te dice de trabajar de forma remota son aspectos que puedes remediar si así lo deseas.
