El fraude electrónico es uno de los mayores miedos y dolores de cabeza de comerciantes, consumidores, y hasta entidades financieras, en el mundo virtual. Con el crecimiento acelerado de las transacciones digitales y la imperiosa necesidad de vender en línea, es natural que quieras conocer qué riesgos tiene el comercio electrónico, para protegerte.
Un reporte de BNAmericas señala que, entre 2020 y 2024, las ventas online en países de América Latina tendrán un crecimiento del 29 %. Es decir, que el auge del e-commerce no ha sido solo un fenómeno de la pandemia. Todo indica que es una tendencia que surgió para quedarse y su potencial aún no llega a su máxima expresión, incluso con la reactivación del comercio tradicional, después del COVD-19.
En este escenario, los negocios se verán presionados a migrar a las ventas virtuales, aunque sea de manera parcial. Asimismo, los consumidores serán cada día más propenso a dejarse tentar por las compras y pagos en línea. Las virtudes y ventajas de los entornos digitales son vox pópuli. Sin embargo, casi no se habla de cuáles riesgos tiene el comercio electrónico y eso genera muchos mitos y prevenciones.
Estos son los principales riesgos del comercio electrónico
Esta lista presenta los ciberdelitos más recurrentes, y menciona alguna claves para que prendas alertas.
Phising: el más popular de los fraudes
Este es, quizás, el delito electrónico más conocido. Es una táctica en la cual el estafador obtiene información bancaria de las personas para robarla. La habilidad del delincuente está en realizar un contacto, aparentemente confiable, con la víctima, a través de un correo electrónico, un anuncio en un sitio web, un mensaje de texto, u otros, y luego llevarla a realizar transacciones que resultan en una trampa.
Para prevenir caer en este engaño, verifica siempre la procedencia de los mensajes que te pidan información bancaria o soliciten transacciones sospechosas. Y sigue las recomendaciones de seguridad de tu entidad bancaria, plataformas de pago o de los e-commerce.
Spoofing o suplantación de identidad
Este es un tipo de phising en el que los estafadores se hacen pasar por otra persona o empresa, con mucha pericia. Son capaces, incluso, de suplantar amigos o conocidos tuyos en redes sociales o WhatsApp. Por eso el riesgo de caer en este engaño es muy alto.
Estar atento a los detalles y prender alertas ante cualquier cosa extraña es lo correcto cuando estás realizando transacciones en línea. Siempre antes de realizar un pago o transferencia, valida la URL y confirma con la identidad de la persona que lo solicita.
Descubre: Hacker ético: ¿qué es y qué hace?
Robo de identidad: el riesgo más problemático
Aunque parece similar al spoofing, en este caso no se le pide a la víctima que realice una operación monetaria, sino que se apropian de sus datos personales, usurarios, contraseñas o números de tarjetas de crédito. Con esta información, los delincuentes realizan las transacciones ellos mismo. Esta modalidad de robo causa muchos problemas a la víctima, ya que esta se ve en la dificultad de demostrar que no fue ella quién las hizo.
Cuida tu información: utiliza claves diferentes en cada una de tus cuentas, no des ningún dato personal si no estás seguro de quién es la otra persona, y haz seguimiento a tus movimientos bancarios.
Clonación de tarjetas y reshipping
Este es otro de los riesgos más comunes del comercio electrónico. Se trata de falsificar los datos de las tarjetas de crédito de una persona, para luego comprar a su nombre.
Este delito funciona en conjunto con la práctica reshipping, la cual consiste en utilizar a un tercero para recibir el envío de la compra online y, así, evitar ser descubierto.
Triangulación nociva
Este ciberdelito parte de la construcción de un e-commerce no autorizado y el robo o clonación de una tarjeta de crédito. El fraude ocurre cuando el estafador, dueño del sitio web pirata, no está en capacidad de proveer los artículos que algún consumidor compra; entonces los adquiere en una tienda online legal, pero usando la tarjeta clonada.
Fraude amistoso: un riesgo del comercio electrónico que puede ser un error
Lamentablemente, en este caso el delincuente es el mismo cliente: este realiza una compra en línea, sin embargo, la denuncia como fraudulenta ante su entidad bancaria. Así puede conseguir un reembolso, y quedarse con el artículo y el dinero.
Otra modalidad similar, consiste en que el comprador recibe su producto, pero se queja ante el vendedor de no haberlo hecho. El propósito en este caso es conseguir una devolución del dinero o un segundo envío de la mercancía.
Es justo decir, que estas situaciones pueden presentarse por descuidos del cliente (casos como que olvidó haber realizado la compra, no consultó al conserje si el encargo llegó, u otros, y sin embargo protesta ante la tienda o el banco). No por ello, es menos grave que otros riesgos del comercio electrónico. Quizás, todo lo contrario, pues aunque no se concreten los fraudes, sí genera muchos malentendidos.
Por tu seguridad, conoce qué riesgos tiene el comercio electrónico
Ya lo sabes. El e-commerce va en aumento y cuenta con espacio para todo tipo de consumidor y de negocio. Por desgracia, allí también hay cabida para los ciberdelincuentes. Estar informado de los riesgos del comercio electrónico es importante para desarrollar estrategias de seguridad y evitar ser una víctima. ¡No bajes la guardia!
Te invitamos a leer también: 6 ventajas de digitalizar tu empresa y servicios. Seguro te va interesar.