10 señales de que están a punto de despedirte

10 señales de que están a punto de despedirte

¿Presientes que algo anda mal y pronto perderás tu trabajo? Antes de atormentarte con esta idea, busca señales reales de que van a despedirte. Si bien es algo que esperamos que no suceda, cuando el ambiente laboral está tenso conviene considerar la posibilidad de que ocurra y sobre todo, prepararse para asumir la decisión. 

Seremos francos: anticipar no hará menos duro el momento de un despido. Sin embargo, te ayudará a lidiar con las emociones del caso. Además, podrás contar con un plan de acción para continuar tu rumbo. Por eso, te recomendamos que no dejes que la intuición o la desmotivación sean los que te alerten sobre la situación. Lo mejor es buscar evidencias reales para tener certeza de lo que pueda pasar. Aunque cada caso es particular, sin duda hay señales que son tan claras que no deben pasar desapercibidas.

1. Recibes una evaluación de desempeño negativa

Si te han dado retroalimentación negativa, constantes llamados de atención frente a la calidad u oportunidad de tu trabajo, y eso se refleja en una mala evaluación de desempeño, enciende una alerta roja.

Por obvias razones este es un signo muy claro de que tu permanencia en el cargo corre peligro. Entonces, no tomes a la ligera las sugerencias o peticiones especiales que te hagan sobre tu trabajo. 

Es importante que no asumas las cosas a modo personal. Es decir, no pienses que te critican a ti. La retroalimentación es sobre el trabajo, y su propósito es conseguir un bien común para el equipo y la compañía.

2. No te invitan a reuniones ni te comparten información relevante

Muchas de las señales de que van despedirte deben ser analizada con base en la dinámica normal del trabajo. En este caso, es preciso revisar cómo es el flujo de información y tu participación en las reuniones de equipo. Si notas cambios drásticos o reiterados, ahí hay una bandera roja.

Nos referimos a situaciones como que dejen de invitarte a comités donde siempre participabas o que no te llegue información que acostumbrabas recibir. Indaga cuáles pueden ser los motivos. Siempre existe la posibilidad de que sea causa de un error.

3. Disminuye tu carga laboral

Cualquiera pensaría que esto es algo bueno, pero en realidad es todo lo contrario. Si tus responsabilidades disminuyen sin razón evidente, algo malo está pasando. ¿Por qué? Porque para ninguna compañía es rentable tener un empleado subutilizado.

Esta es una táctica que busca aburrir al trabajador, para que decida renunciar. De esta manera la empresa se evita las implicaciones de realizar un despido. 

4. Tu trabajo se vuelve intolerable

Esta es la táctica opuesta a la anterior. Se trata de aburrir al empleado, no por falta de oficio, sino por la cantidad desbordada de trabajo o un mal clima laboral

Vale aclarar, que esta situación puede malinterpretarse y por eso hay que verla con objetividad. De nuevo, la clave está en revisar si hay motivos evidentes y razonables para los cambios en la dinámica laboral. Por ejemplo, una vacante que no han ocupado y te sobrecargan con ese trabajo, un nuevo jefe, un momento crítico para la compañía, entre otros.

Si no hay justificación, es probable que la empresa espere que colapses y renuncies. Si no lo haces, la estrategia puede derivar en que comiences a incumplir y fallar en tus labores. Así conseguirán una justa causa para tu salida. En cualquier caso, lo puedes considerar una señal de que van a despedirte.

5. Cambios desfavorables en la relación con tu jefe

Cambios desfavorables en la relación con tu jefe

Cuando el ambiente laboral se torna tenso y tu jefe comienza a evadirte o ignorarte, tienes motivos para preocuparte. Ahora, esto no es un asunto de un día. Para considerarlo entre las señales de que van a despedirte, debe ser una situación permanente.

Muchos motivos pueden hacer que la relación con el jefe cambie. Sin duda, la víspera de un despido, es uno de ellos. Sea como sea, es una situación incómoda que impacta en el ambiente.

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6. Te hacen seguimiento constante

Si de repente sientes que te piden reportes, te hacen consultas y esperan que expliques con detalle y recurrencia tus labores, es probable que hayan perdido la confianza en ti. Justificado o no, es un motivo de peso para sacarte de la compañía, ¿verdad? 

También es una forma de conocer mejor tu día a día y estar al tanto del estado de tus responsabilidades, antes de despedirte. Es una táctica sutil, para no perder el control en los casos en los que, una vez anuncian la terminación del contrato, la persona no tiene más acceso a los sistemas de la compañía y tampoco hace entrega formal del cargo.

7. Te ofrecen una licencia o te piden tomar vacaciones

¿Has escuchado el proverbio: “De eso tan bueno, no dan tanto“? Bueno, pues aplica para esta situación. Todos quisiéramos vacaciones inesperadas o una licencia para descansar. Sin embargo, si la compañía te lo ofrece, es sospechoso.

No se trata de que comiences a dudar de todos los buenos gestos que tenga tu empleador. Solo es recomendable que no tomes a la ligera; en especial, si notas otros cambios extraños.

8. Dejan de darte retroalimentación

Si ya no eres una persona que permanecerá en la compañía, no vale la pena dedicarte tiempo. Aunque suene cruel, es así de simple. Por eso darte una retroalimentación sabiendo que pronto te irás, es innecesario.

No te apresures a sacar conclusiones si has entregado un proyecto y tu jefe no ha comentado nada al respecto. Quizás haya sido un simple descuido. Recuérdale y pregunta directamente por su concepto. Si, aún así, no recibes respuesta, puedes estar frente a una de las señales de que van a despedirte.

9. Cambio organizacional 

Las fusiones de empresas o de áreas, los cambios de jefes, el cierre de proyectos y otras circunstancias similares son de riesgo para todos los empleados de una organización. Incluso si tu desempeño ha sido bueno, estos cambios pueden afectar tu posición.

10. Crisis en la empresa

Cuando hay crisis en la empresa, con mucha probabilidad habrá despidos. Mantener el optimismo y procurar aportar al máximo en medio de las dificultades es la postura más amable y solidaria con tu empleador. A la vez, prepararte para lo peor es necesario por tu bienestar.

No te estamos diciendo que saltes del barco antes de que se hunda. Pero sí que te anticipes y busques opciones, para saber cómo actuar ante la posibilidad de que debas hacerlo.

Si prestas atención, tendrás tiempo de reaccionar

Si no ha habido una falla irreparable de tu parte, un despido por lo general se da por un cúmulo de situaciones o motivos. No suele ser algo que ocurre de un día para otro. Entonces, si crees que podría pasarte, lo mejor es que abras bien tus ojos y oídos, y detectes las señales que corroboren, o desmientan, tu presentimiento de que van a despedirte. 

Además, si empiezas a validar tus sospechas tienes dos caminos: uno, tratar de subsanar aquello que está generando molestia y ganar los puntos que hayas perdido con tus colegas y superiores. Dos, comenzar a buscar opciones y prepárate para dejar la compañía en las mejores condiciones posibles, dadas las circunstancias.

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Que las señales de que van a despedirte no dañen tu autoestima

Sabemos que no es una situación deseable y que es difícil de aceptar. Sobre todo, si consideras que es injusto porque has sido un buen empleado. Pero lo cierto es que tampoco es el fin del mundo. La vida continúa y nuevos retos profesionales te esperan.

Por eso, debes hacer un gran esfuerzo por sobreponerte pronto del desconsuelo, la frustración y la tristeza. Fortalece tu autoestima recordando tus logros, los buenos momentos, el hecho de haber conseguido el trabajo en primer lugar, y otras circunstancias positivas. Seguro que no todo ha sido malo.

Procura encontrar aprendizajes de toda la situación. Reconoce también tus debilidades y cómo puedes mejorar. Todo esto será necesario y muy útil, a la hora de emprender un nuevo rumbo laboral.  Al final, detectar estas señales de que te van a despedir te da la oportunidad de comenzar a cuidarte emocionalmente, a tiempo.

Laura Rojas

Graduada en Literatura por la Universidad de Los Andes (Bogotá, Colombia), en 2005. Es magister en comunicación pública y especialista en periodismo, ha realizado cursos de corrección de estilo y redacción de copies, y se capacita y actualiza constantemente en tendencias de marketing. Lleva más de 10 años generando contenidos y desarrollando estrategias de comunicación, para todo tipo de organizaciones. Es coautora de 2 antologías de cuentos, emprendedora y tiene experiencia en ventas.

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