¿Eres de las personas que termina la jornada laboral con dolor de piernas o cabeza y cree que durmiendo va a mejorar? ¿Has pensado que tu forma de trabajar sea la causa de tu malestar? Quizás sufres el síndrome del oficinista y no lo sabes.
Prestar atención a los efectos que tu trabajo tiene en tu salud es un acto de autocuidado importante. El hecho de que tu oficio se desarrolle en la seguridad de tu casa, no significa que no haya riesgos asociados. De hecho, el sedentarismo del trabajo remoto puede afectar tu cuerpo y calidad de vida. De eso hablaremos hoy.
¿Qué es el síndrome del oficinista?
El síndrome del oficinista, también se conoce como síndrome de la oficina enferma o edificio enfermo, y hace parte de las llamadas enfermedades modernas del siglo XXI. Estas son patologías que cada día padecen más personas y sus orígenes se encuentran asociados con el estilo de vida actual.
Si bien este síndrome no se identifica como una enfermedad específica, se trata de un conjunto de dolencias que sufren las personas que pasan largas horas en un escritorio frente al computador, justamente desarrollando trabajos de oficina.
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Dolencias relacionadas con el síndrome del oficinista
Como lo hemos mencionado, el síndrome del oficinista está relacionado con los hábitos de las personas. En consecuencia, una vida laboral que fomenta el sedentarismo, la mala alimentación y la conexión permanente con asuntos del trabajo tiene efectos nocivos para la salud mental y física.
Acá mencionaremos los más comunes, de acuerdo a una investigación publicada en The Journal of the Egyptian Public Health Association. Valga decir, que pese a ser típicos y bastante molestos, son desatendidos o tratados de manera trivial y pasajera. Si sientes que estas dolencias son frecuentes en tu cuerpo, te invitamos a escuchar las señales y cuidarte.
Dolor de cabeza
El cansancio, el estrés, las tensiones musculares, la mala alimentación, la falta de hidratación, entre otros factores pueden ser la causa de este dolor. Los ejercicios de respiración y los momentos de desconexión son necesarios para prevenirlo.
Dolor de espalda
La mala postura o una jornada extensa sentado en la misma posición desencadena dolores de espalda y cadera, así lo afirma un estudio publicado en Applied Ergonomics. Lo mejor para evitar este malestar es cuidar la postura, mantener un peso saludable y utilizar un respaldo con soporte ergonómico.
Dolor de mano y muñeca
Los movimientos repetitivos al usar el teclado y el mouse del computador generan presión permanente sobre los nervios de la mano y la muñeca, lo que causa dolor, entumecimiento y hormigueo. La recomendación principal en este caso es realizar ejercicios para liberar dicha presión.
Dolor de cuello
Según un estudio publicado en BMC Musculoskeletal Disorders, el tiempo, la carga y la posición del cuerpo en el trabajo son las principales causas del dolor de cuello. Por lo general, ocurre a causa de encorvarse o tener la pantalla del computador o portátil ubicada más arriba o más abajo de la línea de los ojos. Lo lógico para prevenir esta molestia es colocar el monitor a una altura adecuada. Asimismo, hacer estiramientos cada tanto durante la jornada puede aliviar el dolor.
Molestias oculares
Estar expuesto durante un tiempo prolongado a las pantallas puede desencadenar la llamada fatiga ocular digital, responsable de síntomas como visión borrosa, dificultad para enfocar, irritación ocular, fatiga visual, entre otros. Si la resequedad es excesiva y la molestia se transforma incluso en dolor de cabeza, recomendamos que visites al oftalmólogo.
Dolor de piernas
Calambres, distensión muscular u hormigueo son algunos de los efectos de estar sentado durante mucho tiempo. Los masajes ayudan bastante a relajar los músculos y mejorar la molestia. Además, elevar y estirar las piernas también genera sensación de alivio.
Estreñimiento y hemorroides
La mala alimentación y los largos periodos sentado son la causa principal de estas patologías, así lo asegura una investigación publicada en Przeglad Gastroenterologiczny. Por tanto, mejorar los hábitos alimenticios y hacer ejercicios son los primeros pasos para prevenirlos. También te puedes ayudar con una buena hidratación.
Salud mental
Si bien las dolencias más evidentes son físicas, el síndrome del oficinista también repercute en la salud mental. El malestar físico genera agotamiento, mala disposición para relacionarse con otros (incluso en entornos no laborales), estrés, ansiedad, angustia y otros problemas emocionales que a mediano o largo plazo pueden ser graves. Recuerda que prestar atención a tu salud mental es tan importante como a la física.
Recomendaciones para prevenir el síndrome del oficinista
A modo general, el primer consejo que te daremos para prevenir las molestias de este síndrome es corregir esas conductas que las provocan y crear hábitos laborales más saludables. Para eso, es importante que reconozcas las causas que lo generan.
- Permanecer demasiado tiempo sentado y en la misma posición.
- Falta de pausas activas.
- Falta de un espacio de trabajo adecuado.
- Falta de elementos de trabajo ergonómicos.
- Desconocimiento frente a la situación.
Las siguientes son algunas de soluciones que te recomendamos para conseguir los cambios que necesitas:
- Respeta tus espacios de desconexión y descanso.
- Adecua tu lugar de trabajo (no trabajes en la cama).
- Busca una silla con un respaldo ergonómico.
- Revisa y corrige tu postura de manera permanente durante la jornada.
- Procura una buena iluminación y ventilación en tu lugar de trabajo.
- Haz pausas activas al menos cada dos hora.
- Haz ejercicio de manera regular en horarios no laborales (20 – 30 minutos pueden ser suficientes).
- Practica ejercicios de respiración o meditación.
- Cuida tu alimentación (no te saltes comidas y come saludable).
- Toma agua.
- Informa a tu empleador.
Sálvate del síndrome del oficinista
Quienes trabajan en modo remoto tienen el 100% de la responsabilidad a la hora de evitar enfermedades producto de sus hábitos y estilo de vida. Si es tu caso, no culpes a tu trabajo, asume el control y sálvate del síndrome del oficinista.
Un dolor de espalda esporádico puede parecer inofensivo, ¿verdad? Sin embargo, si no lo atiendes de manera y corriges las causas, puede convertirse en un malestar crónico e incluso en un problema mayor. Por eso, no minimices los efectos de tus hábitos laborales en tu cuerpo.
Con esto de ninguna manera queremos fomentar la hipocondría, la pereza o una baja en la productividad. Solo queremos alertarte para que logres un equilibrio saludable, porque: si estas sano, serás más productivo.
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