Las diferencias de opiniones, la falta de comunicación y la imposición de roles suelen ser motivos para lidiar con conflictos en el trabajo. Tales situaciones pueden convertirse en una carga, sin las herramientas adecuadas para encontrar una solución.
De ahí que los empleadores indagan sobre la inteligencia emocional del personal, ya que prefieren aquellos que afronten de mejor manera las circunstancias que pudieran presentarse.
¿Por qué se producen las desavenencias en la oficina? ¿Cuáles son las técnicas que conviene aplicar para solventarlas? A continuación, lo abordamos.
¿Qué son los conflictos en el trabajo y cuáles son sus características?
Como comenta THEMIS Revista de Derecho, un conflicto es un fenómeno inherente a las relaciones sociales. Y de esta realidad no escapa el entorno laboral. A su vez, el texto aclara que no todos los conflictos son malos, ya que de algunos resultan escenarios productivos siempre que las partes consigan la ruta apropiada.
Los conflictos en el lugar de trabajo se generan por desacuerdos entre los miembros de un equipo. Por lo general, hay 4 tipos:
- Por estilo: la capacidad de organización, técnicas de ejecución y la forma de trabajar, podrían causar tensión.
- Personalidad: el carácter de los compañeros de trabajo y los intereses a veces dificultan la convivencia laboral.
- Departamental: se presentan cuando los integrantes de una coordinación son afectados por las demandas de otra.
- Enfoque de liderazgo: ocurren cuando los líderes de equipos limitan sus habilidades para escuchar y dialogar, además de aplicar estrategias que empeoran el panorama.
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Recomendaciones para lidiar con los conflictos en el trabajo
Es importante saber lidiar con los conflictos laborales, por el bien de la empresa y el crecimiento profesional de sus colaboradores. Te revelamos algunas claves para prevenir, mediar y resolver discrepancias laborales.
1. Fortalecer la comunicación
Como en la familia, con la pareja y en la escuela, comunicarse es la base de una relación sólida. La mayoría de los problemas en la oficina están asociados a la falta de comunicación y las dificultades para comprender al otro.
Si un compañero (incluso un jefe) actúa de un modo que no consideras de provecho para tus funciones, con educación y respeto expresa tu opinión; no cultives el resentimiento.
Un estudio sobre brechas de comunicación entre empleadores y su personal, desarrollado por The Workforce Institute, concluyó que 83 % de los empleados del Reino Unido consideran que las personas en su organización no son escuchadas equitativamente; además, un 46 % alegó que las voces subrepresentadas son infravaloradas por los empleadores.
Partiendo es estos datos, es válido aceptar que aprender a escuchar y comunicarse con respeto y madurez es fundamental para solventar conflictos laborales.
2. Actuar de manera objetiva
Aunque parezca difícil controlar las emociones, es necesario apartar la subjetividad y concentrarse en las cualidades laborales del otro, en lugar de fijarse en lo concerniente a su personalidad. Esta es la única forma de poner fin al conflicto y que el equipo retome su dinámica laboral.
3. Precisar la raíz del conflicto
No dejes que el problema corra, desde el principio puntualiza cuál es la fuente del conflicto. Sabiendo el origen cuesta menos conciliar. Este consejo aplica incluso si el problema es recurrente.
En todo caso, los involucrados deben plantear las inquietudes y precisar lo que no les satisface, abriendo la mente hacia la comprensión mutua y proponiendo soluciones confortables.
4. Hablar en un lugar privado
Las conversaciones para resolver un problema deben ser constructivas y de preferencia en un sitio privado, para que todos se sientan en confianza de expresar sus puntos de vista, sin hacer del tema un “espectáculo”. Procura un entorno seguro, alejado de las oficinas o departamentos a los que pertenezcan los implicados y concede a cada uno el tiempo necesario para el desahogo.
5. Pensar soluciones en equipo
Pide al equipo de trabajo que se involucre en la búsqueda de soluciones, en especial cuando el conflicto atañe a gran parte de la plantilla. Además de sentir que les toman en cuenta, perciben que sus opiniones son consideradas de valor y esto aviva el sentido de pertenencia.
6. Hallar puntos de encuentro
El mediador en un conflicto de trabajo tiene que orientarse a un desenlace satisfactorio, en lugar de buscar quién tiene la razón. La misión es hallar puntos en común que acaben con la desarmonía, no formar partidos que terminan por incrementar aún más el conflicto.
7. Fomentar la responsabilidad
Particularmente, los líderes o jefes deben promover la cultura de responsabilidad en el equipo, para que entienda la importancia de entablar conversaciones difíciles; solo así prevalecerá la tranquilidad en la oficina.
8. Recapitular las lecciones
¿Qué puedes rescatar del conflicto? Toda experiencia se convierte en una lección de provecho. El truco está en tomar lo positivo, para crecer como profesional. Y precisar lo negativo, de manera que no vuelva a suceder.
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Lidiar conflictos en el trabajo a distancia
La distancia podría entenderse como un elemento obstructor para lidiar con conflictos en el trabajo. Aunque se trate de un escenario remoto, las raíces suelen ser las mismas, por lo que resultan válidos los consejos anteriores.
¿Cómo aplicarlos en la virtualidad? Siempre que tengan videollamadas o contacto telefónico toquen todas las inquietudes, dispongan de una plataforma (como Slack) que sirva de canal para plantear perspectivas y pauten encuentros en línea cada cierto tiempo. Así habrá retroalimentación sobre el entorno laboral.
Remoto o presencial, que el equipo sienta confianza, simplifica la resolución de posibles conflictos y minimiza las probabilidades de que se presenten.
Consecuencias de no saber lidiar conflictos en el trabajo
Es cierto que para cualquier conflicto hay solución. No obstante, cuando el problema avanza sin remedios a la vista, las consecuencias se manifiestan a través de comportamientos desagradables, incomodidad y estrés.
La productividad y el trabajo en equipo también se ven perjudicados, desembocando en malestares constantes, pues las energías están enfocadas en el problema y no en evitar que el desempeño disminuya. Más grave aún, los conflictos laborales sin resolver pueden conducir a la renuncia.
En conclusión, puntualizar el origen, expresarse, saber escuchar y encontrar soluciones en equipo son fundamentales en la conciliación y la armonía laboral.