Todos hemos estado allí. Esos días en los que el trabajo se acumula, las fechas de entrega se acercan, pero parece imposible conseguir las ganas para que el cuerpo y la mente se centren en trabajar.
Cuando esto sucede, levantarte cada día se vuelve una tarea titánica, y ni hablar de concentrarte en las actividades a realizar. Incluso hay momentos en los que te verás haciendo cosas que no disfrutas, como las tareas del hogar, por ejemplo.
¿Pero qué va a pasar con las facturas? Es un hecho que no se pagarán solas. Y aún más importante, ¿qué sucederá con el trabajo, los clientes y la reputación que debes mantener como profesional? Aquí, 3 tips para motivarte a trabajar cuando no tienes ganas.
Primero, lo primero, ¡encuentra la raíz del problema!
Algo se esconde detrás de la falta de motivación para trabajar, colócate la gorra detective, toma la lupa y ¡a descubrirlo! ¿Es una tarea que no quieres hacer porque te resulta aburrida o repetitiva? ¿Estás agotado y sientes que necesitas vacaciones? ¿Tienes algún problema en tu vida personal, o sospechas que podría estar asociado a tu salud mental?
Una vez que determines la causa, ponte manos a la obra. Si estás cansado, por ejemplo, evalúa tus horas de trabajo y comienza a tomar descansos. Incluso podrías considerar unas vacaciones. Por otro lado, si se trata de tu salud mental, habla con un familiar o amigo, pero también con un especialista.
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3 trucos para trabajar cuando no tienes ganas
Mientras haces cambios importantes en tu vida, hay algunos trucos que podrían resultar útiles para dejar la desmotivación a un lado y ponerte manos a la obra. Veamos cada uno en detalle.
1. Simplemente, ¡hazlo!
¿Has escuchado una voz en tu cabeza que te dice que no puedes hacerlo? Llegó el momento de ignorarla. Ese diálogo interno negativo es el que te impide trabajar, ya que te llena de duda y miedo.
Así las cosas, cada vez que estos pensamientos se asomen por tu mente, aplástalos con un “¡Voy a hacerlo!”. La idea es rechazar la negatividad y dar el salto.
2. No tienes que empezar con una obra maestra
Quieres diseñar un logo tan icónico como el de Nike o escribir el próximo Harry Potter, eso es excelente. Sin embargo, ten presente que este tipo de expectativas colocan sobre tus hombros una presión que conduce a procrastinar.
Para evitar este triste final, comienza sin importar si está mal o tiene errores, de todos modos, no se trata de lo que vas a publicar. En el caso del logo, por ejemplo, podrías empezar con un boceto a mano, en lugar de usar el programa de diseño que sueles usar.
Y si se trata de un libro, escribe a mano un primer capítulo y no lo edites. El secreto está en iniciar, una vez lo hagas, habrás superado esta barrera.
3. Tampoco por lo más grande…
Otro truco que funciona es comenzar haciendo cosas pequeñas que contribuyan a cumplir con el todo. Es probable que la idea de escribir un libro completo sea amenazante, pero puedes iniciar con la creación de tu protagonista.
Así mismo, puede que no tengas ganas de diseñar el logo del cliente, pero puedes empezar a buscar las tendencias de diseño gráfico que lideran la industria de su marca.
Estos pequeños pasos se subestiman con frecuencia, pero cuando los das, notas cuenta que te encuentras cada vez más cerca de la meta.
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Trabajar cuando no tienes ganas, ¡vaya, qué pesadilla! Descubre qué se esconde detrás de tu falta de motivación y toma las riendas. Así mismo, ¿conoces algunos trucos para cuando no deseas trabajar? Compártelos en la caja de comentarios.