“El diseñador industrial es quien materializa los sueños”. Esa sería, a nuestro modo de ver, la mejor forma de explicar qué es y qué hace este profesional. Por ello, nos hemos propuesto como objetivo, profundizar en este tema en las siguientes líneas. Te explicaremos el papel de este artista en la construcción de una marca o producto.
Y es que nuestra afirmación parte del hecho de que cualquiera de los objetos o bienes que miramos y con los interactuamos a nuestro alrededor, nacieron a partir de una idea. Todos y cada uno de ellos, son el sueño de alguien, que el ingenio del diseñador industrial se encargó de hacer realidad. Acompáñanos a conocer su trabajo.
¿Qué es un diseñador industrial?
Es el profesional de diseño industrial, disciplina que se encarga de definir la forma, apariencia y funcionalidad de los objetos, bienes materiales, servicios o sistemas, que demandan los usuarios. Es decir, se trata de un artista especializado en la materialización de los productos que exige el mercado. ¡Encomiable labor!
Entonces, este experto viene a ser quien idea o imagina dichos productos o los perfecciona para su posterior industrialización y salida al mercado. El diseñador industrial da respuesta a las necesidades de consumo de la población. ¡Un crack!
En definitiva, el diseñador industrial soluciona los problemas del usuario, mediante la identificación de dichas necesidades. A partir de allí, formula propuestas para satisfacerlas, las cuales se convierten en todo aquello que el público está demandando.
Características del diseñador industrial
Por otra parte, varios son los aspectos que caracterizan y distinguen al diseñador industrial. Una serie de atributos que se convierten en su impronta, su distintivo, aquello que lo diferencia del común. ¡Veamos cuáles son!
- Sentido agudo de la observación.
- Capacidad de análisis y diagnóstico.
- Gran creatividad.
- Innovación.
- Ingenio.
- Capacidad de interpretar las necesidades del público.
- Presteza técnica.
Agente de cambio
Pero además, el diseñador industrial es un agente de cambio. Propicia el constante desarrollo y evolución de los productos, procesos y sistemas. Así tenemos, que su visión no está enmarcada en el presente, sino el futuro.
En tal sentido, las organizaciones tienen en el diseñador industrial una pieza fundamental en su propósito de transformación de la sociedad y de ellas mismas. Por tanto, su trabajo apunta a impactar el mercado, dinamizándolo a través de la constante introducción en el mismo de sus innovadores productos y servicios.
Así, el referido sentido de la observación y su creatividad, los lleva a ser un permanente factor de transformación y crecimiento, lo cual se traduce al mismo tiempo en mayor productividad. Es maravillosa su capacidad de convertir los deseos del usuario en bienes materiales.
Como podemos ver, su agudeza y el análisis que practica de manera constante, llevan al diseñador industrial a establecer acertados diagnósticos. Esto conduce a efectivas soluciones traducidas en productos y servicios que responden a los intereses y exigencias del público. Es decir, sus invenciones modifican comportamientos a través de la facilitación de los procesos.
¿Qué hace el diseñador industrial?
Como ya lo hemos dicho, el diseño industrial es una disciplina que brinda soluciones al interpretar la realidad y sus problemas. Este profesional intuye los deseos y requerimientos del público consumidor. La innovación, el principio básico de esta disciplina, apunta a mejorar la calidad de vida con productos y servicios que facilitan los procesos. ¿Pero qué hace?
- Investiga las pautas de consumo como base del diseño de productos.
- Crea y supervisa el diseño del producto de la mano de ingenieros y especialistas en mercadeo.
- Determina la imagen, seguridad y funcionalidad de los productos.
- Coordina los equipos de trabajo a objeto de que funcionen como un engranaje perfecto.
- Simplifica lo complejo para hacerlo realizable.
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¿Cómo lo hace?
El diseñador industrial lleva a cabo sus funciones en cuatro fases:
- Conceptualización: que no es otra cosa que la creación del producto, la idealización del mismo. En esta fase visualiza el producto final, comienza a materializarse lo que en principio fue sólo una idea. Es la etapa en que la creatividad y la innovación tienen su mejor momento.
- Preproducción: que es cuando el diseñador industrial desarrolla bocetos y diseños. Para ello recopila datos de mercadeo, investiga y analiza a la competencia e indaga entre la clientela sus requerimientos.
- Producción: es el momento en el que el diseñador industrial elabora el prototipo del producto, servicio o sistema, valiéndose de los bocetos y dibujos previos.
- Posproducción: es la fase en la que el diseñador industrial revisa y ajusta los prototipos. Aquí se definen colores, materiales, acabados, entre otros, para proceder a la fabricación, distribución y venta d el producto, bien o sistema.
¿En qué áreas se desempeña el diseñador industrial?
El mercado de trabajo del diseñador industrial es bastante amplio. Por lo general, estos profesionales procuran especializarse en algún área o nicho de modo de alcanzar el mayor perfeccionamiento posible.
Entre las más conocidas áreas de acción tenemos el diseño automotriz, el aeronáutico, la industria de la construcción, el diseño de mobiliario, el diseño de electrodomésticos, la juguetería, la industria de la construcción, el packaging o embalaje, el mundo de la moda, la industria textil, la joyería, entre otro gran número de posibilidades.
De este modo, en cada uno de estos nichos, el diseñador industrial lleva a cabo tareas relacionadas con el aspecto y la funcionalidad del producto, bien material o sistema. Una tarea acuciosa y de un gran rigor y disciplina, vital para garantizar el éxito de la marca.
El franco crecimiento del diseño idustrial
Así tenemos que, desde que el diseño industrial apareció en escena en la segunda mitad del siglo 18, en tiempos de la Revolución Industrial, esta carrera experimenta un franco crecimiento. Desde entonces, hasta ahora, la profesión ha ido especializándose y perfeccionando.
Pero el asunto no queda allí, ya que la era digital plantea la expansión y la aplicación de la más sofisticada tecnología relacionada con la informática y la comunicación. Ni hablar de la impresión 3D, la realidad virtual, la Inteligencia Artificial y la robótica, convertidas en grandes herramientas que, de igual manera, suponen un mayor compromiso de permanente adiestramiento y perfeccionamiento de este profesional. ¡Todo ello aunado al objetivo máximo de mejorar la experiencia del usuario!
Proyección del diseño industrial
La demanda permanente de productos, bienes y servicios por parte del público consumidor, así como los avances tecnológicos y la digitalización, avizoran un gran crecimiento del mercado laboral del diseñador industrial. Pero además, la incorporación de estas innovaciones a las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes), amplían la perspectiva de desarrollo del mismo.
Prueba de esto lo constituye el informe de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI), denominado “Datos y cifras de la OMPI sobre PI, edición de 2022“. ¿Qué dice este reporte? Pues allí se estableció que en 2021, el registro de marcas y diseños industriales se incrementó un 5,5 % y un 9,2 %, respectivamente. ¡Nada mal!
Así tenemos en las necesidades y la competitividad, un binomio que exige mayor innovación y creatividad en tanto el futuro se hace cada vez mas presente. El objetivo es garantizar la colocación y venta de la producción. ¡Menuda tarea! Y es que es imprescindible, mejorar la experiencia del usuario y agregar nuevas funciones. Un gran reto en el que los diseñadores industriales jugarán un papel protagónico.
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