En general, todas las relaciones representan un acuerdo mutuo. Cuando las relaciones son sanas, es porque una de sus bases más fuertes es la comunicación asertiva. Lo mismo sucede en las relaciones laborales y por eso te traemos este artículo: El diseñador y su cliente: cómo tener relaciones sanas.
Muchas veces escuchamos decir a los diseñadores que los clientes son difíciles, o los clientes dicen que los diseñadores nunca entienden con exactitud las ideas. Pero, ¿por qué no comenzamos a identificar las pequeñas acciones que podemos tomar desde nuestro lado? Así, iremos construyendo múltiples hábitos y actitudes que pueden marcar la diferencia y hacernos el trabajo mucho más placentero.
Aprender a escuchar
La comunicación comienza por aprender a escuchar. Pero escuchar con atención. Escuchar en serio. Y como es mutuo, ambos deben permitir un espacio libre donde puedan expresar sus ideas, sin interrupciones y sin juzgar. Como diseñador, esto te permitirá comprender, no solo las ideas, sino las necesidades que tiene el cliente.
Una vez el cliente haya terminado de dar todas sus ideas, expresa todas las tuyas desde tu experiencia, con respeto y claridad. Nunca le des falsas expectativas a un cliente. Si no es posible cumplir con los requerimientos, propón soluciones creativas que sigan cumpliendo con el objetivo. Lo más importante es que el diálogo se dé con transparencia, sinceridad y claridad.
La curiosidad será tu mejor herramienta
Como diseñador, hay conceptos técnicos que tal vez los clientes no siempre tienen en cuenta. Por esto, una de las herramientas más importantes durante un briefing son las preguntas. Haz muchas preguntas. No importa si piensas que cierta pregunta es tonta, así sea solo por confirmación, pregunta.
Además de demostrar verdadero interés al cliente y que se sienta escuchado y comprendido, tu trabajo estará mejor alimentado. Incluso, las preguntas no solo deben ser sobre el producto en sí. El público objetivo al que va dirigido el producto, los valores que desea que estén presentes, y las plataformas donde se van a publicar los productos son preguntas que no te pueden faltar.
Las sorpresas mejor para otra ocasión
Uno de los mejores consejos, para tener relaciones sanas con los clientes, es mostrar avances continuamente. Sabemos que, como diseñadores, hay diferentes etapas para la creación de cualquier producto. Incluir al cliente en todo ese proceso con entregables de cada etapa, ayuda a que la confianza se fortalezca y que se puedan hacer los cambios necesarios a tiempo.
¿No es más desgastante trabajar semanas en algo para que el cliente al final diga que no le gustó y que toca cambiarlo? Para evitarlo, es mucho más fácil hacer cambios pequeños del trabajo de cada semana. Incluso, si de repente se cambia de concepto y se necesita reconfigurar toda la idea, dolerá mucho menos para todos.
El tiempo es el recurso más preciado
¡No lo desperdicien! Todos necesitamos cierto nivel de eficiencia por parte y parte. Por eso, durante la primera reunión, establezcan un cronograma de fechas límite tanto para entregas de avances, como para comentarios, correcciones o posibles cambios.
Si en algún momento hay cambios que requieran más tiempo, comunícalo con tu cliente explicando la situación. Transparencia, sinceridad y claridad una vez más. Un cronograma les dará tranquilidad a ambos lados, y eso se traducirá en una relación pacífica y muy llevadera. ¡El paraíso de las relaciones sanas entre un diseñador y su cliente!
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No olvidar al usuario
El diseño que hicieron el cliente y tú puede ser el mejor que hasta ahora se haya hecho, pero si no cumple el objetivo final, el tiempo se habrá perdido. No hay que olvidar que, al final, quien tiene la última palabra es el usuario que pertenece al público objetivo que ya habían definido. El consejo es tener a uno o dos representantes de esa segmentación, y hacerlos parte del proceso. Esto ayudará a que el producto final sea mucho más preciso, efectivo y eficiente.
Todo por escrito
¡Vuélvanse mejores amigos de correo electrónico! Las palabras se las lleva el viento, suelen decir, pero tienen toda la razón. Nada mejor que tener una carpeta con todos los mensajes que has intercambiado con tu cliente. Esto tiene dos objetivos: Organización e historial. Si eres freelancer y trabajas con dos o más clientes, tener una respectiva carpeta con cada uno te ayudará a no cometer errores por confusión o distracción.
Ahora, por más buena memoria que tengas, los detalles para un diseñador gráfico lo son todo y no podemos perder ninguno. Por eso, toma atenta nota sobre todo lo que se hable en las reuniones, y cuando terminen, envía este documento. Así, el cliente sabrá con exactitud sobre qué se habló y tú podrás revisarlo las veces que sean necesarias para cumplir con todo lo que se requiere.
Por supuesto, el presupuesto también debe ir dentro de ese intercambio de mensajes. Un presupuesto claro, con fechas de corte y con toda la descripción exacta de las etapas que se llevarán a cabo, les ahorrará muchos dolores de cabeza. Lo más importante es que el presupuesto incluya los elementos que incluirá la entrega final. Recuerda, las sorpresas mejor para otra ocasión.
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En conclusión, si te preguntan: ¿Cómo tener relaciones sanas entre un diseñador y un cliente? Fácil. Todo se basa en comunicación, transparencia y confianza. Siguiendo estos consejos, ¡todos van a querer trabajar contigo! Si tienes algún otro posible consejo que te haya funcionado para tus relaciones profesionales, no olvides dejarlo en los comentarios.