Es bastante probable que en tu equipo de trabajo confluyan muchas personalidades. El que es distante; el que no sabes por qué, pero le caes mal; y el que habla de ti a tus espaldas, todos hemos tenido un colega así. Lo cierto, es que es una utopía que un grupo de personas engrane a la perfección y no existan roces. Sin embargo, aupar los desaciertos en la relación con tus compañeros de trabajo puede propiciar un clima laboral un tanto tóxico.
Si deseamos fomentar un buen entorno laboral, lo primero es aclarar que la idea no es agradarle a todo el mundo, considerar esto es igual de utópico. Debes apuntar a construir relaciones cordiales, con el fin de que tu ambiente laboral, a pesar de las diferencias, tenga un mejor entorno y una mayor productividad, en otras palabras, que tu jornada no se convierta en una pesadilla.
1. Aprovecha las horas libres para compartir
Los lazos se consolidan con buenos momentos y recuerdos. Es común que en el lugar de trabajo se vayan en grupo para ir a almorzar, aprovecha y comparte, no es recomendable que te aísles. Permite que te conozcan, además aprende a conocer los gustos y aficiones de cada uno. Te dará ventaja, es posible que sea el mejor momento para limar asperezas.
Puedes también tomar la iniciativa, invita a un colega a acompañarte durante el almuerzo y otro al día siguiente. Esta es la mejor forma para ampliar tus conexiones.
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2. Practica la amabilidad
No podrás creer el poder que tiene el decir “¡Buenos días, Margarita!” con una sonrisa. Saludar y despedirte de tus compañeros con buen ánimo, harán que vean a una persona amigable, muchos podrían dejar de verte como un enemigo. Aunque el truco también está en aprenderte sus nombres, saluda de forma particular. Esto demuestra tu interés y buena disposición.
3. A los chismes, ¡mantenlos alejados!
Para fomentar una buena relación con tus compañeros de trabajo, evita caer en chismes. Cuando un colega se acerca a ti con rumores sobre otro, lo mejor es intentar cambiar de tema o decir de forma diplomática que no te gusta participar en este tipo de conversaciones.
Así mismo, crear un chisme sobre un miembro del equipo con el que tuviste un inconveniente es la peor forma de resolverlo. Trata de tener una conversación afable y honesta, y en caso de que no funcione, acude a un superior que pueda actuar como mediador.
Por último, involucrarte en un drama de oficina no es tan gracioso como los que se ven en las películas o series. Por ello, procura no hacer comentarios negativos sobre una persona en la oficina o en redes sociales. Eso sí, siempre que puedas y seas sincero, no está mal que elogies a un compañero frente a los demás.
4. Evitar los problemas, crea más problemas
No tenemos que mentir, hay socios con los que nos llevamos como el agua y el aceite. Pero en lugar de separarlos y nunca mezclarlos, en este caso es conveniente intentar, por lo menos, tener una relación cordial.
En ese sentido, deja de utilizar un pasillo distinto para ir al comedor y no encontrarte con tu “némesis”, sino que intenta hablar con él para encontrarle una solución a sus diferencias.
5. Aprende a aceptar las críticas
En un equipo de trabajo, donde lo que hacen unos afecta de forma directa lo que hacen otros, es normal que existan críticas. La clave está en que las veas como algo constructivo en lugar de un ataque personal. Si consideras este último enfoque, pueden surgir problemas entre colegas, crear asperezas y afectar el clima laboral.
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Ha quedado claro que es imposible tener una buena relación con todos y cada uno de tus compañeros de trabajo, lo que sí es alcanzable es establecer un trato cordial con las personas que, la mayoría de las veces, ves más que tu familia. La amabilidad, el interés y la prudencia son fundamentales para lograrlo.