Hay una cosa detrás de los deadlines, no se sabe por qué o cómo sucede, pero al acordar el día, el tiempo suele pasar más rápido de lo normal. La cuestión es que a pesar de trabajar muy duro para cumplir, el estrés está ahí, acechando como un gran monstruo que acelera las manecillas del reloj. Por fortuna, hay métodos efectivos para derribar a ese fenómeno de forma que este no afecte el flujo de trabajo y la salud. Aquí, algunos consejos para evitar el estrés de los plazos de entrega.
Mantén la cama
Puede sonar algo ilógico para ti en estos momentos. Pero procurar estar relajado tiene sus grandes ventajas. La principal es que te alejarás del estrés, segundo te ayudará a pensar con mayor claridad. Una vez que logres mantenerte en calma verás como podrás abordar el problema con facilidad.
Una buena actividad para evitar el estrés de los plazos de entrega es practicar la meditación ¿lo has intentado? Aunque no lo creas, el tiempo que inviertes en esto se verá reflejado de forma positiva en tu trabajo. Distanciarse del desorden y del caos mental es efectivo para mantenerte enfocado, todo lo contrario a lo que solemos pensar.
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¿Qué piensas de colocar fechas límites falsas?
Ya estarás intuyendo a que nos estamos refiriendo. Bien, hay dos puntos a los que debes prestar atención. El primero es que intentes acordar con el cliente una fecha límite en la que tengas suficiente tiempo para cumplir. Por otro lado, adelanta esa fecha de entrega, es decir, si debes entregarlo el viernes, piensa que la fecha de entrega real es el miércoles.
Así pondrás todo tu esfuerzo para cumplir sin darle cabida a la procrastinación. Luego, te quedará un día libre para colocar el trabajo en reposo y aplicar unas cuantas revisiones. ¿Qué dices? Será satisfactorio.
Evita pensar en estrés
Necesitas un cambio de perspectiva cuando pienses en fecha límite. En lugar de creer que el día de entrega es sinónimo de ansiedad y estrés, considera que los deadlines te hacen más organizado, te exigen estructurarte, hacer listas y planificar, en otras palabras, mantenerte activo y dar lo mejor de ti. ¡Nada con la corriente, no a contracorriente!
Encuentra el lado positivo, cuáles son las oportunidades detrás de la actividad que estás realizando. Si lo haces, te ayudará a que fluyas con mayor rapidez, en vez de solo estar cavilando en el temible día y la hora de entrega.
Haz ejercicio
Es probable que no exista mejor práctica para regular la hormona relacionada con el estrés, gracias por todo, cortisol. Realizar un par de rutinas por la mañana, antes de empezar a trabajar, te ayudará a liberar estrés, a centrarte y a mantenerte despierto durante tus horas de producción. Considera también una caminata por la tarde y algunas cuantas posturas de yoga por la noche.
Deja ir lo que no lograste hacer
Suele suceder que nos exigimos más de lo que podemos lograr. Si te enfocas, evitas las distracciones, planificas y lo que lograste cumplir es lo que pudiste hacer, entonces no te castigues con pensamientos de actividades que quedaron por realizar, solo vuelve a planificar, crea una nueva estrategia y prepárate para ponerla en marcha. ¡Ese es el secreto!
Prioriza actividades
¡Vaya! Cuántas cosas por hacer, parece que todas las fechas límites se juntaron. Es hora de empezar a priorizar actividades, desde las más importantes a las menos importantes o quizás en tu caso sea de la más compleja a la menos compleja. Tener una visión clara de tus responsabilidades te ayudará a tener un mejor manejo de ellas.
Recuerda no vendría nada mal pedir una mano a un colega o amigo si estás hasta el cuello. ¡Piensa en la palabra delegar! Puedes hacer uso de herramientas para organizarte como ClickUp o Todoist. Si no las has utilizado, entonces es hora que empieces a hacerlo.
Crea un plan
Diseña un plan lo más real posible, y cíñete a este. De qué hora a qué hora podrás cumplir con una actividad y pasar al siguiente. No te olvides de añadir los pequeños descansos. De esta forma, podrás controlar y optimizar mejor tus actividades. ¿Estrés? ¿Qué es eso? Ya lo verás.
Celebra los logros
No hay nada mejor que la satisfacción de cumplir con la fecha, ajustarse al plan y haberlo hecho bien. Te mereces celebrar cada entregable, aunque no lo creas te dará ánimo a continuar con la rutina y a exigirte un poco más en cada proyecto.
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Para derribar al monstruo, solo necesitas un cambio de enfoque, pensar en positivo, diseñar un plan y ceñirte. Mantener la calma quizás sea el secreto de oro, en esta lista de consejos para evitar el estrés de los plazos de entrega. ¡Un cambio de hábitos es lo que necesitas!