Cada vez más empresas se dan cuenta de que un jefe no es solo un jefe. Quienes están en la cabeza de un equipo deben tener ciertas características que le permitan liderar a un equipo con éxito. Por ello, te presentaremos a continuación las 4 habilidades más importantes de un buen jefe.
Esperamos que puedas apuntar a perfeccionar estas habilidades si eres un jefe, y si no, que las desarrolles para cuando llegue tu momento.
1. Comunicación
Por supuesto, la comunicación encabeza la lista de las habilidades más importantes de un buen jefe. Es importante que entre tú y tu equipo puedan entenderse de manera efectiva para ahorrarse muchos contratiempos. Además, la comunicación debe ser asertiva y empática, recuerda que no tratas con trabajadores, sino con personas.
Si bien existen límites impuestos por la jerarquización en una empresa, los buenos jefes son confiables. Es decir, los empleados pueden confiarle sus preocupaciones y cuestionamientos relacionados al área laboral sin temor. Además, un buen jefe no solo debe saber cómo decir las cosas, sino también poder escuchar sugerencias.
2. Mente rápida y atenta
Otra de las habilidades más importantes de un buen jefe es que tenga una mente rápida para tomar decisiones y delegar trabajos. A veces suelen ocurrir imprevistos en el trabajo y es necesario tomar una decisión rápida para seguir adelante y solucionar la situación. El jefe es el encargado de tomar esa decisión, siempre con base en hechos y factores reales.
Un buen jefe también orienta a su equipo en los próximos pasos de un proyecto y establece un sistema de prioridades en cuanto al desenvolvimiento del mismo. De esta manera, cuando ocurre algo que no estaba planeado, incluso si no está el jefe, los empleados pueden mantener la situación bajo control hasta que una autoridad pertinente se haga cargo.
Asimismo, es imprescindible que un jefe sepa delegar. Cargar con mucho trabajo a una sola persona o a un grupo de trabajadores puede afectar su rendimiento profesional y personal. ¿Sabías que según la Society of Human Resource Management, el 38 % de las personas se siente afligidas por la cantidad de trabajo que tiene?
Esto podría acarrear problemas, tensar la relación empleado-jefe, y disminuir la productividad de un equipo de trabajo o departamento.
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3. Planificación
¿Qué sucede cuando hay muchos proyectos y fechas límite? La oficina se vuelve un caos. Por ello, la capacidad de organización y planificación debe constar entre las habilidades más importantes de un buen jefe.
Esta persona debe encargarse de hacer malabares con los recursos y los tiempos para cubrir la demanda en la empresa y las obligaciones del departamento. Asimismo, debe enfocarse en explotar el potencial de cada empleado para que contribuya al objetivo corporativo. En pocas palabras, un buen jefe no es solo un experto en su área, sino un hábil administrador de talentos.
Hoy en día, muchas compañías han optado por adoptar gestores de tareas para todo el equipo, ya que facilitan el trabajo entre colaboradores y jefe. En plataformas como Trello, ClickUp o Monday, los jefes o responsables de área ponen las tareas a cada empleado. Sin embargo, esto requiere de una organización previa y un seguimiento del flujo de trabajo.
4. Proporcionar retroalimentación
La retroalimentación es una de las herramientas más poderosas para mejorar el desempeño en algún ámbito de la vida. A través de esta, puedes darte cuenta de tus errores y encontrar puntos estratégicos de mejora para la siguiente ocasión. Así también, es una buena pauta para saber cuáles son tus destrezas más afiladas y cuáles tienes que mejorar.
Un buen jefe debe saber comunicar con empatía estos aciertos y errores en los trabajos de sus colaboradores. Por ello, el que proporciones retroalimentación a tus empleados te indica que posees una de las habilidades más importantes de un buen jefe.
Este feedback debe ser claro, conciso y, sobre todo, debe ayudar a que el trabajo mejore de forma exponencial. Los expertos recomiendan los siguientes puntos para poder dar una buena retroalimentación:
- Establece metas y expectativas en los trabajos. Cuando converses con tu colaborador, no olvides mencionar estos objetivos, para tener un panorama claro de cómo se ha evaluado su trabajo.
- Da ejemplos de cómo mejorar. Una retroalimentación no es una crítica no constructiva. Los ejemplos no solo ayudan a que tu interlocutor aterrice lo que le estás diciendo, sino que hacen que piense en soluciones creativas a los problemas presentados.
- Hazlo de manera periódica. Los grandes cambios y mejoras no suceden del día a la noche y por ello es necesario hacer un seguimiento. Orientar y corregir son dos tareas importantes de los jefes.
- Que sea personal. Por más asertivo que seas, a muchísima gente no le gusta que les señalen sus errores frente a otras personas. En ese sentido, es mejor que la retroalimentación sea personal. Además, te ofrece la oportunidad de conversar más a fondo con tu empleado.
- Motiva al colaborador a realizar su trabajo con mayor eficiencia la próxima vez. Somos humanos, todos nos equivocamos. La clave es lo que hacemos después de equivocarnos.
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Manejar a un grupo de personas no es tarea sencilla. Tienes que convertirte en un multitask por excelencia y desarrollar competencias como la comunicación asertiva, la organización y la búsqueda de resultados. Esperamos que este artículo te haya servido y que potencies aquellas maravillosas características que posees.