¡Los miedos en el trabajo! Dicen que el miedo es una respuesta inteligente de nuestro cuerpo, nos coloca en estado de alerta cuando percibimos que en el ambiente hay algo que nos pone en peligro (sí, parecido al mecanismo de defensa del hombre araña). Pero, siendo sinceros, demasiado de ese mecanismo de supervivencia nos vuelve paranoicos, inestables, ansiosos y con más estrés de lo normal.
Hoy en día parece normal caer en el limbo de la paradoja del miedo y el estrés laboral, ¿quién origina a quién? El miedo surge a través del estrés y el estrés a través del miedo. De acuerdo a un estudio publicado por BJPsych Bulletin, un alto porcentaje de trabajadores padecen de estrés laboral, provocando trastornos psicológicos y enfermedades mentales.
Así las cosas, la constante necesidad de desempeño a estándares altos, el deseo de lograr la perfección, el no equivocarnos, entre otros. Hace que la mayoría experimente los miedos más comunes en el trabajo. Te mostramos cuáles son y cómo superarlos.
Miedo a perder el trabajo
El miedo a perder el trabajo es uno de los más comunes y es real. Es una preocupación que suele perturbar durante el día y parte de la noche, incluso, en exceso puede interrumpir el sueño.
Muchas veces puede deberse al ambiente laboral de la empresa, la idea de que si cometes un error, puedes poner en riesgo tu puesto o que no puedas cumplir con el volumen de trabajo, o en aquel composible de que la empresa atraviese una crisis y a causa de esta hay probabilidades de que pierdas el empleo.
En cualquiera de las situaciones, la mente se mantiene en constante incertidumbre, y tener ese torbellino de pensamientos negativos rondando en la cabeza hace que no rindas en tus actividades laborales, e incluso veas problemas donde en realidad no los hay.
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¿Qué se debe hacer?
Bueno, debemos estar de acuerdo que pensar en todo momento en lo que podría pasar, evita que te enfoques en tus deberes. Intenta concentrarte en la realidad actual, en lo que debes cumplir en el ahora. Mantente positivo y con buena energía para comenzar a trabajar.
En caso de que las posibilidades a perder el trabajo sean muy altas y no lo consideres como posibles supuestos de que pueda ocurrir. Confía en tus habilidades y empieza a buscar mejores opciones, para tener un as bajo la manga en caso de que las cosas resulten como pensábamos.
Si buscas otras opciones, disminuye tu nivel de miedo y estrés, en otras palabras, dejas de sentirte vulnerado porque sabes que eres capaz de superarlo.
Miedo a no encajar
Dentro de los miedos más comunes en el trabajo este es uno de los primeros que florecen cuando estás iniciando en nuevo empleo o cuando te cambian de departamento. Es una constante, el no sentirte parte del grupo o que ese grupo no te acepte genera estrés y frustración al intentar encajar.
¿Qué se debe hacer?
Cuando el temor por encajar está presente se tiende a querer forzar las relaciones, podría hacer que cambies tu forma de ser y no actúes de forma natural. Recuerda que las relaciones se alimentan y se fortalecen con el tiempo, y a medida que compartes.
Escucha a los miembros de tu equipo, no es necesario que debas dar tu opinión en todos los temas que se ponga sobre la mesa, date la oportunidad de conocerlos y siempre mantente abierto.
Miedo a no ser ascendido
La sensación de no ser notado y que tu profesión no avance influye en tu perspectiva hacia el futuro, en la posibilidad de que te nieguen un mejor ingreso. Este miedo suele surgir, la mayoría de las veces, porque crees que no tienes el control o el poder para influir en que el ascenso te sea otorgado o que tu trabajo sea recompensado y eso alimenta el temor.
¿Qué se debe hacer?
Confiar en tus habilidades profesionales. Debes preguntarte ¿qué es lo que quieren que hagas?, ¿cuáles son sus expectativas para el puesto que deseo ser promovido?, ¿cómo puedo aportar una buena estrategia para la empresa?, ¿en qué proyecto puedo ayudar a mi jefe a conseguir buenos resultados?
Solo en caso de haber hecho todo lo posible por ser notado, y aún así tu esfuerzo no es valorado, entonces no estás en el lugar indicado. Debes tomar la dura decisión de buscar un empleo donde haya mejores políticas.
Miedo a no gustarle al jefe
Las personalidades son diversas y que algunas personas no se caen bien puede suceder. También existe el caso donde crees que no cumples con las expectativas del jefe y por ello no le agradas. En cualquiera de las situaciones el miedo es recurrente y de peso, ¡no le agradamos al nuestro supervisor!
¿Qué se debe hacer?
Mantente abierto, date la oportunidad de escucharlo y conocerlo. Aprende a deducir qué le gusta y qué no, de esta forma podrás saber cómo dirigirte a este y poder agradar. Toma en cuenta que a veces tenemos una perspectiva equivocada que, manipulada por el miedo, creemos que no agradamos cuando no es cierto.
Miedo a no tener lo que se requiere
Sí, es uno de los miedos en el trabajo más comunes, pensar la posibilidad de no llenar los zapatos, de decepcionar. De alguna forma esta idea paraliza y evita que hagamos las actividades con mayor fluidez o destreza. La idea nos detiene porque pensamos que no podríamos ser lo suficientemente buenos.
¿Qué se debe hacer?
Pensar en que si fuiste contratado fue porque vieron algo en ti que es valioso. No dudes de tus habilidades, mantente enfocado y evita los pensamientos negativos. Confía en que harás las cosas bien, lo puedes hacer. ¡No te sabotees!
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Si mantenemos los miedos en el trabajo de forma controlada, pueden ayudarnos a impulsarnos, a dar cada día lo mejor de ti. Sin embargo, debes saber que si salen de control, puede ser perjudicial para tu salud mental y reaccionar ante algo que puede que nunca ocurra. ¡Sé positivo, no dejes que el miedo te orille!