Tienes una entrevista laboral. Te preparaste. Investigaste sobre la empresa. Alistaste el vestuario. Leíste todas las entradas sobre cómo responder preguntas frecuentes en el Blog de WeRemote. Sin embargo, en medio de la charla, tu entrevistador formula una pregunta y te quedas en blanco. ¿Te ha pasado?
Aunque se trata de una situación común, pocas personas se preparan para saber qué hacer en esos momentos tan angustiantes. Pero quédate tranquilo. Con las ideas que te traemos hoy, tendrás herramientas para salir adelante y, con suerte, conseguir el empleo que buscas.
Tu mente puede quedar en blanco por la dificultad del cuestionamiento, los nervios del momento, o simplemente porque tu cerebro colapsa. Sea cual sea la causa, el estrés se apoderará de ti y lo más probable es que solo puedas pensar en negativo. Sentirás que ya perdiste tu oportunidad laboral y que el reclutador no querrá volver a llamarte.
Para cambiar ese panorama, es importante tener una salida de escape. Esa salida es una solución o una caja de herramientas para desbloquear tus pensamientos y encontrar las palabras que no necesitas en el momento. Las siguientes estrategias te ayudarán a encontrar esa salida cuando no sabes qué decir durante una entrevista laboral.
1. Pide que te repitan la pregunta
Este es un recurso útil, que te da tiempo para pensar y además te puede proporcionar ideas que desbloqueen tu mente. Una alternativa a este truco, es que reformules la pregunta para confirmar que has entendido bien. Por lo general, en cualquiera de las dos salidas, el reclutador dará un poco más de detalle o ejemplos para aclarar la pregunta. Aprovecha esa información para construir tu propia respuesta.
¡Ojo! No utilices este recurso más de dos veces en una entrevista. Además de ser incómodo, puede dar una mala idea tus habilidades de comunicación. Por el contrario, un uso moderado de esta ayuda, puede ser bien visto en la entrevista, pues indicarás que estás en capacidad de indagar cuando tengas dudas sobre algo.
Es preferible hacer este pedido de repetición y no responder incoherencias, evidenciar el pánico que sientes o concluir con un “No sé”.
Lee también: ¿Desempleado? 4 secretos para encontrar un trabajo remoto
2. Evita decir “No sé”
Recogiendo el punto final del consejo anterior, lo primero que debemos aclarar es que nunca debes mentir en una entrevista laboral. Incluso si no sabes que decir, puedes buscar maneras alternativas para responder.
Procura siembre evitar caer en un terrible: No sé. Le decimos “terrible”, porque el efecto de esa respuesta en tu cerebro es la idea de que dejaste en evidencia tus debilidades y por eso ya estás descalificado. ¿O no?
Por ejemplo, si te preguntaran si manejas un programa de diseño específico o una aplicación para determinada tarea, y no lo haces, unas respuestas alternativas pueden ser: “He manejado esta otra que es similar”, “Aún no, pero soy muy hábil y rápido aprendiendo” o “La he explorado, pero no la he usado profesionalmente”. La idea es mostrar otras fortalezas. Así, aunque no sepas la respuesta, puedas sobresalir.
3. Confiesa
“Discúlpeme, mi mente quedó en blanco. Deme por favor un minuto para pensar o ¿podríamos volver a esta pregunta más adelante?”. Requiere valor confesar que no sabemos que decir. Sin embargo, en realidad es algo que la mayoría de los reclutadores podrían comprender.
Ellos saben de la presión que se experimenta en un proceso de selección, de modo que no debería incomodarles esta respuesta. De hecho, este acto de honestidad reflejará tu manera de proceder antes las dificultades y revelará tus valores. Es importante que luego de tu confesión seas capaz de continuar la entrevista con tranquilidad. Asimismo, si se da la oportunidad de retomar la pregunta más adelante, procura dar una respuesta.
4. Respira profundo
Este consejo también podría llamarse “Cálmate”, pero no queremos decirte algo tan abstracto. Queremos darte un tip práctico. La realidad es que si respiras hondo, envías una señal a tu cerebro para relajarse. Así, te das un segundo para recordar que no tienes por qué saber todas las respuestas y que es normal quedarse en blanco. En paralelo, tu mente menos ansiosa podrá encontrar las palabras e ideas que necesitas para elaborar una respuesta.
5. Piensa en voz alta
Sabemos que por lo general esto no es lo recomendable. Sin embargo, en este caso nos referimos a que evites el incómodo silencio expresando el camino que va desarrollando tu mente para llegar a la respuesta. Por ejemplo, si te pregunta cuál ha sido el momento más difícil de sortear con un cliente, y no encuentras que decir aunque sabes que han sido muchos, podrías comenzar por acá:
“En todo trabajo siempre hay situaciones complejas. El trabajo directo con las personas o clientes es mucho más propenso a ese tipo de situaciones. He experimentado varios momentos exigentes en ese sentido, pero he conseguido salir adelante sin contratiempos, he sabido mantener la calma y manejar las cosas llegando a buen término con los clientes, siempre. Tal es el caso cuando…”
Es claro que, en casos como el del ejemplo, estás elaborando tu respuesta en tiempo real, y por eso debes ser cuidadoso de lo que vas diciendo. Selecciona bien los pensamientos que dirás en voz alta, para evitar imprudencias. Utiliza este recurso solo si sientes que puedes llegar a una respuesta clara y coherente. De lo contrario divagarás, confundiendo al entrevistador.
6. Revisa tus notas
Si te has preparado bien, es probable que hayas tomado apuntes sobre temas complejos, asuntos relevantes. Puede parecerte raro sacar tus notas en medio de una entrevista laboral, pero podrías hacerlo dependiendo de la pregunta.
Supongamos que se trata de un tema técnico, por ejemplo, revisar tus notas no solo te ayudará a responder, sino también le dirá al reclutador que te has preparado, que tienes habilidades de investigación, que eres recursivo, entre otras competencias.
No dejes que tu mente en blanco sabotee tu entrevista laboral
Poner en práctica estos consejos requiere un paso previo: recordar que quedar con la mente en blanco en una entrevista laboral no tiene nada de malo, que es normal y que a cualquiera le puede pasar (incluso al reclutador). Este pensamiento, te ayudará a mantenerte tranquilo.
En caso de que tu mente se paralice, recordar esto te permitirá recuperar el curso de las palabras más fácilmente. De igual forma, es clave que sepas que si te pasa, no es el fin del mundo. No responder una pregunta al instante no te hará perder la oportunidad laboral. La manera como sortees la situación sí podría marcar un giro en la decisión del entrevistador. Entonces, no te desanimes. Ten presentes los consejos que hemos mencionado, y mantén el optimismo hasta el final.
Descubre: 10 señales de que sí te van a contratar