“¿Será que renuncio a mi trabajo?” es normal hacerse la pregunta cuando hemos tenido muchos días malos seguidos. Sí, en esos días provoca ser el pato Donald (recuerda como se pone cuando se molesta) y tirar todo por el caño. Pero esa actitud no es la más conveniente. ¡Para nada! Se debe evaluar la situación.
La decisión la debes de tomar cuando los contras superan a los pros. Debes tener en mente que la razón por la que trabajas en ese lugar es porque se supone que te da impulso, te llena de energía y te desafía. ¿Esto no sucede? Es hora de revisar estas señales que indican que debes dejar tu trabajo.
1. Tu pasión ha disminuido
Las caricaturas nos representan muy bien cuando hemos perdido el entusiasmo para cumplir con las responsabilidades laborales del día. En un mundo gris, nos levantamos sin ánimo, nuestro primer pensamiento es “¡qué fastidio!, debo ir a trabajar”, cumplimos con la jornada y nos acostamos. Así transcurre un día tras otro, sin un motivo real que nos anime.
Si le sigues dando larga a esta situación, cada día será más agobiante. Eso es lo mismo que decir que te sientes estancado. En ese caso, debes proyectarte, hacer lo que amas. Cuando lo hagas, descubrirás tu verdadero potencial.
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2. No hay buena relación con tu jefe o compañeros
Una señal de que hay una relación tóxica en tu trabajo es que temas ir o relacionarte con tus compañeros o jefe. Si permites que esto continúe, no solo el ambiente laboral se verá afectado, también perjudicará tu vida personal, el agotamiento y el estrés se verán reflejados en todas las áreas de tu vida.
Si la cultura de la compañía se centra más en los aspectos negativos que en los elogios, en definitiva, debes buscar otro lugar, donde te adaptes mejor, ya que ahí no perteneces. Intenta buscar un ambiente donde tienes la libertad de expresar tu opinión y que esta sea tomada en cuenta.
3. Señales de que debes dejar tu trabajo: Ya no hay desafíos
Cuando te encuentras haciendo una y otra vez las mismas actividades, pronto te das cuenta que estás en una rutina que parece no tener fin (si es que ya no lo sabes). Intenta siempre optar por un lugar que te enseñe nuevas habilidades, te haga salir de tu zona de confort y permita probar de qué estás hecho.
Si tu empleo actual limita tu potencial de crecimiento o no te permite esforzarte, es un buen momento de decirle adiós. ¿No crees?
4. ¡Hola, procrastinación!
Vamos, quién no saluda a la procrastinación de vez en cuando. Todos lo hacemos algunas vez. Esto lo haré después y vacilas el tiempo haciendo una cosa diferente, hasta que observas el reloj o el calendario y dices ¡vaya! debo apresurarme, o no lograré entregar esto.
Eso quizás está bien de forma esporádica, pero cuando se hace habitual es sinónimo que de manera inconsciente huyes de las responsabilidades. Una buena actitud es que te preocupen los resultados, que te llena cumplir las actividades, no que debas hacer lo necesario para no tener inconvenientes.
5. Afuera hay mejores oportunidades
¡Hmmm! Mira esta oferta de empleo, tiene mejores beneficios, mayor salario y parece tener una buena cultura empresarial. Mira esta otra, las mismas actividades con mejor salario. Puede que solo estés soñando o que en realidad lo estás viendo, pero si sabes que hay oportunidades afuera que son superiores a las que te brinda tu trabajo actual, es momento de hacer un cambio.
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Solo recuerda dejar tu trabajo con estilo, no es necesario llegar a niveles de estrés insostenibles o llevarte una decepción para actuar sin tomarse el tiempo para evaluar. Por cierto, si deseas renunciar, en WeRemote tenemos muchas oportunidades de empleo remoto, puedes postularte a la modalidad que más te convenga part-time o full-time. ¿Qué esperas? Da el paso que necesitas.